Artenara

Artenara lucha contra el éxodo rural: el albergue se convierte en centro de acogida para 30 menores migrantes

El alcalde augura que frenará el despoblamiento, cumple un fin social, y creará empleo y riqueza

El pueblo tiene un millar de vecinos y solo 14 escolares

Vista exterior del Albergue municipal situado en el barrio de Las Cuevas, en Artenara.

Vista exterior del Albergue municipal situado en el barrio de Las Cuevas, en Artenara. / LP / DLP

Javier Bolaños

Javier Bolaños

Artenara no quiere quedarse sin niños. El Ayuntamiento ha dado vía libre a la cesión de su Albergue de Las Cuevas a la Fundación Samu, para transformarlo en un centro de acogida de menores migrantes no acompañados, con una capacidad de 30 internos. El alcalde, Jesús Díaz, asegura que la iniciativa cumplirá con una serie de objetivos, como es el social de dar respuesta a la actual crisis migratoria, la lucha contra el desploblamiento rural y afianzar el mantenimiento de los centros educativos, ante la cada vez menor presencia de niños residentes, además de suponer un revulsivo laboral y económico para el pueblo.

Artenara ha estado acostumbrada históricamente a la emigración, hasta convertirse en un pueblo cada vez más amenazado por su éxodo poblacional. En estos momentos cuenta con algo más de un millar de habitantes censados oficialmente, muchos de los cuales hacen su vida diaria fuera de la Cumbre grancanaria por razones laborales, económicas y educativas.

El Ayuntamiento ha emprendido la tarea de buscar medidas para recuperar a su población, teniendo en cuenta en el año 2008 tenía censadas a 1.301 personas. Es decir, en una década y media ha perdido casi un 21% de sus habitantes, lastrados por la falta de alternativas económicas.

Por este motivo, esta misma semana aprobó en el pleno municipal la cesión de uso del albergue público situado en el barrio de Las Cuevas, a unos dos kilómetros del casco urbano en dirección al campo de fútbol y las presas, a la organización no gubernamental Samu, para habilitarlo de forma temporal como centro de acogida de menores migrantes no acompañados, «en respuesta a la actual crisis migratoria que se vive en Canarias».

Once años

El inmueble albergará un máximo de 30 africanos de hasta once años de edad, aunque en primera instancia el número será de una decena, a la que se irán incorporando otros jóvenes de forma progresiva, en coordinación con el Gobierno de Canarias, que tiene su tutela.

Jesús Díaz resalta que es la primera vez que se acoge en la Cumbre a estos niños, por lo que se mostró muy contento por la labor social y de cooperación interadministrativa que van a prestar, sobre todo en un momento en el que existe una saturación de los recursos públicos en Canarias, y otras comunidades autónomas ponen pegas al traslado de estos adolescentes.

El alcalde recordó que Artenara apenas tiene a nueve niños estudiando en su colegio, además de cinco en edad preescolar hasta tres años.

Esta falta de juventud hace que los estudiantes del pueblo se vean obligados a partir de los 12 años a desplazarse en guaguas hasta el colegio de Valleseco para continuar con su formación. Y luego en una etapa posterior también al instituto de Teror, siguiendo hasta el final de su formación fuera del municipio, por lo que es previsible que muchos de ellos terminen por abandonar sus raíces, cumpliendo con el fenómeno que se ha dado a conocer como la España vaciada.

Estos desplazamientos suponen que los niños tienen que echarle más de media hora de su tiempo para llegar a Valleseco, y cerca de 50 minutos cuando van en transporte escolar hasta Teror.

Antigua escuela

Este es, precisamente, uno de los motivos por los que Jesús Díaz asegura que recurrió al viceconsejero de Bienestar Social, Francisco Candil, para proponerle la cesión de este inmueble municipal, si bien la gestión directa ha sido encomendada a la citada Fundación, que es también a la que se le hace oficialmente la cesión del inmueble. «Candil vio muy bien la idea, y ahora ya hemos terminado el proceso, tras aprobar en el último pleno la cesión», señala Jesús Díaz.

El Ayuntamiento espera que la apertura del centro permita revitalizar la vida infantil y el colegio, eliminando la amenaza de que solo residan adultos en la localidad.

Vista del centro de Artenara.

Vista del centro de Artenara. / Andrés Cruz

El centro se encuentra ya habilitado para la llagada de los jóvenes, a falta de algunos pequeños detalles para adaptarlo a las nuevas necesidades. Hasta ahora el albergue era usado de forma esporádica, sobre todo en verano para actividades lúdicas. El inmueble se desarrolla parcialmente en la cueva y tiene una edificación anexa.

En su día acogió una antigua escuela unitaria, y posteriormente se adaptó para un uso polivalente.

Hace dos años ya recibió una subvención de 21.133 euros del Cabildo, para colaborar con los gastos derivados de la adquisición del mobiliario y el menaje necesarios para acondicionar este albergue de Las Cuevas. Y antes había recibido otras ayudas del Gobierno de Canarias para su puesta en marcha.

PP y PSOE a favor, y Nueva Canarias lo rechaza

El alcalde asegura que la llegada de estos jóvenes será un revulsivo poblacional para el pueblo. Pero también porque generará empleo y economía en el municipio, «lo que redundará en beneficio de todos los vecinos». En este sentido, señala que harán falta trabajadores para cubrir algunos puestos específicos, como podría ser el de cocina y otros técnicos de atención a los internos.

El albergue tendrá una cesión temporal a la organización, que será reversible en el caso de que deje de prestar las funciones de acogida de inmigrantes por la que se aprobó esta cesión temporal.

La cesión fue aprobada por la Corporación de Artenara gracias a los siete votos a favor de los concejales de gobierno del Partido Popular (PP) y el PSOE, y contó un voto en contra del edil de Nueva Canarias (NC).

La juventud llega de fuera

Artenara cuenta con 1.032 habitantes, según el último censo poblacional del año pasado. Se trata, por tanto, del municipio menos poblado de toda Gran Canaria, muy por debajo de Tejeda (1.844) y Valleseco (3.733). Es un pueblo típicamente cumbrero, que basa gran parte de su economía en la agricultura, en el que la papa, el millo y los frutales son los cultivos principales. El pastoreo pervive como un complemento para su economía, al igual que los servicios, dada la protección de gran parte de su territorio. Sin embargo, pese a ser el techo al situarse a 1.270 metros de altitud, curiosamente tiene también lazos costero, ya que sus lindes llegan hasta la playa de Las Arenas, entre Agaete y La Aldea. Eso sí, el privilegio es más testimonial que real. En su historial ha sufrido mucho la emigración y ahora será receptor.

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