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Valsequillo Opinión

Aquellas fiestas de San Miguel

Un año más y Valsequillo vuelve a celebrar la festividad del santo que se va acercando a los 350 años

El arcángel San Miguel de Valsequillo.

Un año más y Valsequillo vuelve a celebrar la festividad de San Miguel, que se va acercando a los 350 años desde que se erigiese en el lugar, una ermita, a elección de los entonces vecinos de Las Vueltas y Tenteniguada, para su auxilio espiritual, bajo la advocación del Arcángel San Miguel y con el impulso y mecenazgo del canónigo Tello y Casares, que bendijo la ermita y ofició en ella la primera misa en 1672. A la festividad de San Miguel que comenzó con un significado netamente religioso, en donde lo más destacado era la procesión, con la imagen del Santo, en torno a emita y posteriormente parroquia, pronto se fueron añadiendo aspectos festivos como las ruedas de fuego, con que algunos vecinos agradecidos hacían ofrendas. Así la fiesta fue adquiriendo un carácter más popular y a la celebración religiosa se fue añadiendo la tradición del fuego, e incorporando otros actos donde no faltan la romería y ofrenda; la feria de ganados, actividades deportivas, alguna que otra celebración y agasajo gastronómico y sobre todo música, mucha música.

El paso del tiempo hace que las referencias históricas se vayan perdiendo y de aquellas antiguas fiestas que atendían a una organización religiosa y popular, se pasó a una intervención por parte del ayuntamiento, y aunque en los presupuestos municipales no hay referencias a gastos para tal celebración hasta 1925, no dudamos que anteriormente algunas cantidades del erario público, se empleasen en el festejo en honor de San Miguel, aunque enmascaradas en otros conceptos, posiblemente en el de "Gastos de Representación". Para este año de 1925, en el capítulo de "Funciones y Festejos" se fijó un presupuesto de 729 pesetas, y que por las facturas que lo acompañan sabemos cómo se desarrolló la misma, puesto que los gastos se refieren al adorno de la plaza y al alquiler de 300 banderas al ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria; con el anuncio de la festividad lanzando 10 docenas de voladores, pero también se le pagó al orador del sermón el día de San Miguel, así como otros gastos menudos, aunque los mayores desembolsos fueron para la tocata de la festividad (463 pesetas) y por los fuegos artificiales (160 pesetas), descubrimos que hubo un brindis para los músicos y para la comisión de fiestas, que se convertiría en costumbre y tradición, con comida y bebida hasta quedar satisfechos. Al año siguiente, en 1926, la partida fue de 750 pesetas, reflejada en el capítulo y epígrafe "Fiestas del Patrón", cuya cantidad fue entregada a don Antonio Rodríguez Macías, al que se le refleja como encargado de la fiesta.

En 1927 la partida para la celebración festiva queda recogida en un capítulo con la interesante denominación de "Fomento de los intereses Comunales". Las facturas de este año recogen un gasto de 677 pesetas con 60 céntimos y por ellas conocemos que la fiesta duró tres días, que fueron los que sirvió comidas Susana Henríquez a la Guardia Civil, pero también que la música, a cargo de la agrupación "La Amistad", fue durante dos días, ya que los músicos pernoctaron en casa de doña Francisca Cruz Santana. Por el sermón de este año se pagaron cien pesetas. Al año siguiente y en el mismo capítulo de "Fomento de los intereses Comunales" y en el apartado de "Ferias, Exposiciones y Festejos", se presupuestaron 1.200 pesetas, de ellas 200 para la fiesta del Sagrado Corazón. Este aumento del presupuesto para la festividad de San Miguel se verá reflejado en el gasto de los fuegos artificiales y en el anuncio de las fiestas, con cohetes, la víspera y el día de la fiesta.

Los presupuestos para la festividad de San Miguel se irán incrementando paulatinamente y en 1930 asciende a 1.196 pesetas de las que se gastaron 226 en los fuegos, cuyo gasto asciende al año siguiente a 250 pesetas. El ascenso en gastos irá en aumento y el presupuesto se irá multiplicando a medida que pasan los años. Nos detendremos en la fiesta de 1944, cuando la población sufría los peores momentos del racionamiento, impuesto por el régimen franquista, y que afectaba a todos los aspectos de la vida cotidiana, pero que, al parecer, quedó aparcado, para algunos, durante la festividad de San Miguel. Los gastos de aquel año ascendieron a 3.592 pesetas con 25 céntimos y que quedaron recogidos en 18 recibos, que nos dan información de cómo fue la festividad en dicho año. Por ellos conocemos que hubo encendido de luces y adorno con banderas y cadenetas, así como premios, con guirnaldas, para la feria de ganados; que hubo animación con gigantes y cabezudos, así como globos y piñatas; que la celebración religiosa contó con orquesta a la que se destinaron 300 pesetas. Los fuegos artificiales se celebraron dos días, empleando 450 pesetas en cada uno de ellos y corrieron a cargo de Antonio Martel y de Honorio Dávila. La música corrió a cargo de la Banda Municipal de Telde, que por las tocatas de los dos días recibieron 1.075 pesetas, más traslados, brindis y alojamiento. Igualmente se comió y bebió en abundancia, pues además de pagar la comida a la Guardia Civil y del brindis en casa de Miguel Suárez, se facturaron tres barriles de cerveza, una botella de anís y otra de coñac. A todo ello hay que añadir el "Refresco Tradicional", que costó 543 pesetas, facturándose para el mismo: 24 botellas de sidra Sarracina, 3 botellas de anís La Asturiana; 3 botellas de anís El Payaso, una ca- ja de coñac Tres Cepas y 100 tabacos. No hay duda que tras tan generoso brindis, más de uno se animase a gritar ¡Vía San Miguel!, aunque algunos de ellos no acertasen ni a encender el cigarro-puro con el que fueron obsequiados. Como dato histó-rico añadamos que este año de 1944 se colocó en Valsequillo el letrero indicador con el nombre del pueblo y de dirección hacia Telde y Tenteniguada, por un importe de 60 pesetas, y al igual que ha habido una progresión y ampliación festiva, la señalización viaria también se ha ampliado en Valsequillo con la colocación de semáforos que comenzaron a regular el tráfico, a la altura de La Barrera, el 30 de marzo de este presente año de 2016.

Todo ha ido evolucionando y cambiando. La festividad de este año es anunciada en un cuidado y lujoso programa de actos, con diferentes y diversas propuestas para niños, jóvenes y mayores, que no se detienen en los tres días festivos tradicionales, puesto que dieron comienzo el 3 de septiembre y finalizan el 16 octubre. Esperemos que en esta evolución tengan, cada vez más, cabida y presencia los actos culturales e históricos que realcen el rico patrimonio e Historia del municipio, de la que aún resta mucho por conocer. ¡Viva San Miguel! y Felices Fiestas patronales.

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