La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Medio Ambiente

Ofensiva aérea en medianías

La avispa lobo ataca cada vez con más virulencia a las abejas

El secretario de Apigranca, Juan Félix Díaz Quintana, de faena en sus colmenas. LP/DLP

Dos potentes 'cazabombarderos' en forma de sendas especies de avispas, la Vespula germanica, o chaqueta amarilla, y la Philanthus trinagulum, conocida como la lobo de las abejas, han entrado en combate en las zonas de medianías, provocando desde pequeñas estampidas de personal en las áreas de recreo, como la de San José del Álamo, como sustanciosas mermas en las colmenas.

La primera, la Vespula germánica, es una carroñera que ronda los espacios con presencia de agua, como piscinas o estanques, y allí donde huela carne, como las terrazas de restaurantes donde, si bien no suelen atacar a las personas, llegan a morder y picar simultáneamente en caso de que se sientan molestadas, lo que en ocasiones trae como consecuencia la infección de la víctima ya que se nutre de animales muertos como ratas y ratones. En este otoño su presencia se ha hecho notar con una mayor asiduidad sobre todo en las medianías y cumbre. Hay especialistas que sospechan que este incremento de ejemplares se puede relacionar con la plaga del pulgón negro que está afectando desde hace unos meses a los frutales de pipa en la cumbre. Este segundo insecto va secando literalmente los matos dejando sobre su tronco y el suelo unas grandes superficies de melaza. De esas secreciones azucaradas se nutre la chaqueta amarilla de los carbohidratos necesarios que conforman la otra pata de su dieta, junto con las proteínas que adquiere de la carne.

Juan Félix Díaz Quintana es secretario de Apigranca, Asociación de Apicultores de Gran Canaria, y conoce bien los efectos de la Vespula, tras sufrir "una septicemia generalizada hace siete u ochos años por un virus inoculado en la sangre tras una picadura". También es profesor y reporta cómo el pasado año un grupo de alumnos y de profesores tuvieron que abandonar el área recreativa de San José del Álamo por la abundancia del insecto.

Pero no es la única avispa que le ha tocado vivir a Díaz Quintana, también apicultor y ganador de premios como el logrado el pasado año en el certamen insular con su miel clara, además de ser el primero en producir propóleo líquido en Canarias. Con el segundo 'aparato', la avispa lobo, asegura estar sufriendo "terribles pérdidas" en las colmenas insulares.

Y ofrece números a partir de su propia experiencia. Hace dos años un conjunto de 13 colmenas instaladas en las medianías de Gáldar quedaron reducidas a nueve, lo que obligó a desplazarse hasta el Valle de Agaete, "donde pensaba que no había". Pero de veinte quedaron 14. Este año colocó 79 en Buenavista de Gáldar, arruinándose diez. Paralelamente ha incrementado sus capturas, que logra con un rudimentario cazamariposas. Y de las 35 diarias que cazaba hace dos años, ha pasado a 120 diarias en 2015, "y este año a 300 en apenas dos horas y media".

El apicultor explica que cada uno de los ejemplares puede matar en torno a una diez abejas por día. "Por lo cual 300 implican que matan a 3.000 abejas en 24 horas, o 30.000 en diez jornadas".

Esto supone un importante quebrante económico, sin contar el 'lucro cesante', "porque no soy un productor comercial, sino pasional", matiza, ya que diez colmenas tienen un costo de unos 2.000 euros. Por no hablar de la propia abeja, que pasa por un auténtico calvario Tarantino. "La víctima de la lobo no muere, "sino que es picada y paralizada en sus músculos voluntarios", ilustra Díaz. "El ataque solo lo hacen las hembras, que le colocan un huevo en el cuerpo y así la mantienen en sus nidos hasta que eclosiona para que el nuevo ejemplar se alimente poco poco del interior de la abeja aún viva".

Pero, para combatirla, los apicultores han encontrado que la Philanthus trinagulum disfruta de "un sorprendente" aliado que la hace imbatible en el campo de batalla: el Gobierno de Canarias.

Los apicultores tienen el convencimiento que la lobo es una indeseada invitada. Pero Medio Ambiente la considera "probable nativa", por lo que la incluyó en el listado de especies a partir del año 2009, lo que implica, siempre según Apigranca, su rango de protección a pesar de que numerosos técnicos sostenían lo contrario.

Por este motivo, "y asesorados por Elisardo Monzón, veterinario del Cabildo de Gran Canaria, hemos redactado un escrito para solicitar la recatalogación de esta avispa como invasora", un texto que remitirán a la administración en estos próximos días con el fin de poder ejercer cuanto antes medidas de control y de erradicación.

En ese texto se especifica que, "curiosamente Philanthus triangulum figura en la Lista de Especies Silvestres de Canarias del año 2009 como 'nativa posible', con presencia únicamente en Tenerife, pero la realidad es que nos consta que tanto el Cabildo de Gran Canaria como el de Tenerife solicitaron en su momento el cambio de estatus de este insecto a 'introducido seguro".

Además se ofrecen a señalizar a los técnicos los lugares de mayor presencia del insecto "para la correcta evaluación de un problema que llega, en muchos casos, a la eliminación total de las abejas del colmenar".

Compartir el artículo

stats