La central hidroeléctrica de Chira-Soria generará daños ambientales en el litoral de la costa moganera de Arguineguín. El proyecto consensuado por las distintas Administraciones tendrá "afecciones potenciales" sobre comunidades de algas y el desarrollo de actividades productivas y recreativas en el medio marino, como consecuencia de la salmuera de la desaladora, y la construcción y puesta en marcha des las conducciones marinas de captación y vertido. Entre las medida correctora se propone crear la Red Canaria de Zonas Protegidas para el Buceo.
El circuito que permitirá obtener una potencia de 200 megavatios contempla un proyecto en el que la presa de Chira, en la parte alta, ejercerá de depósito superior, mientras el embalse de Soria hará las funciones de depósito inferior del sistema. Y para completar el proyecto, se prevé la construcción de un pozo de bombeo para captar el agua de mar en el litoral, y también la construcción de una desaladora. De esta forma, la planta suministrará agua a las presas en las épocas en las que la escasez de lluvias deje bajo mínimo los embalses, garantizando así su funcionamiento todo el año, y sin causar un perjuicio complementario al sector agrícola en las cuencas del Sur de Gran Canaria. Ese agua desalada se conducirá a Soria a través de una canalización de 20 kilómetros de tuberías subterráneas.
El plan de mejora ambiental incluido en el proyecto, que en estos momentos se puede consultar en las oficinas municipales de Mogán y San Bartolomé, así como en dependencias del Gobierno de Canarias, recoge una serie de impactos negativos asociados al proyecto. Pese a todo, se habla de que "la valoración global del impacto del proyecto ha merecido una valoración de compatible, debido principalmente al efecto altamente positivo de la contribución de la instalación a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero por su contribución a la integración de las energías renovables en el sistema eléctrico insular".
Pese a todo, según los técnicos, tanto la obra como su funcionamiento provocarán determinados impactos parciales, más allá de las medidas preventivas y correctoras para mitigar su incidencia.
Las actuaciones se articulan bajo cuatro líneas de intervención, tanto sobre el ecosistema marino, como el terrestre, actuaciones sobre especies amenazadas y sobre el territorio. De momento no existe un estudio económico del coste de estas propuestas, admite Red Eléctrica, a la espera de ser pactadas por las Administraciones competentes.
Una de las áreas más afectadas por las obras complementarias de la central hidroeléctrica está en el litoral de Arguineguín, catalogada como Zona de Acondicionamiento Marino, y protegida por su interés pesquero.
El informe preliminar prevé que la construcción y puesta en marcha de las conducciones marinas de captación y vertido y los efluentes de salmuera de la estación desaladora de agua de mar (Edam) que está en el programa de obras "incidirá directamente sobre esta zona en el frente del barranco de Arguineguín", con una serie de afecciones potencias sobre comunidades de algas fotófilas, zoo bentos y el desarrollo de actividades productivas y recreativas en el mar.
El programa de trabajo contempla una serie de medidas ambientales encaminadas a la recuperación y puesta en valor de éste área, para reducir el daño de la infraestructura complementaria que lleva la central hidroeléctrica.
Entre las acciones se recoge preservar las poblaciones de flora y los ecosistemas que proporcionan un hábitat adecuado para el cobijo de los recursos pesqueros. "En especial, se buscará la conservación de los fondos en los que existan praderas de fanerógamas marinas y, en particular, los sebadales", recoge el documento.
Las comunidades de algas fotófilas sobre sustrato rocoso se considera uno de los ecosistemas más productivos de Canarias. De ahí su interés por la conservación, fijándose el interés de realizar un seguimiento del estado de conservación de esos hábitats naturales y de las especies, centralizado en el lecho del cauce del barranco de Arguineguín.
Red Eléctrica muestra en este proyecto su apoyo a la creación de una Red Canaria de Zonas Protegidas para el Buceo, para facilitar el seguimiento de los sebadales afectados. Y, a su vez, se pone sobre la mesa la recreación de hábitats potenciales.
