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Gáldar 150 años de la Banda de música

"Cuando empecé en la Banda de Gáldar ensayábamos en un corral de pollos"

"Lo difícil como director es gestionar a 70 personas que tienen sus propias aspiraciones", reconoce el director de la Banda de Gáldar

Guerrero, imagen de archivo. LP / DLP

150 años de historia, de los cuales ha sido el director los últimos 17...

Bueno bueno... cuanta historia. Se creó sobre el año 1867, fue una cosa de un grupo de vecino de Gáldar que decidió unirse para crea la banda de música. Mucho ha cambiado desde entonces, y también mucho ha cambiado desde que soy el director.

¿Para bien?

Las bandas de música, como la vida, tienen altibajo y sus ciclos. Cuando comencé aquí en el año 2000 ensayábamos en un corral de pollos y apenas habían 20 integrantes, y recuerdo que la de Vecindario era toda una institución con más de 50. Hoy nosotros tenemos 70 músicos y ellos la mitad.

Tampoco es cuestión de competición, ¿no?

No para nada, es más, se trata de apoyarnos los unos a los otros. Un día me echas una mano a mí y quién sabe cuando te la devolveré, la música une, no divide.

¿Dónde ensayan ahora?

Pues verás, al principio en un corral de pollos que había cerquita de la iglesia. Apenas entrábamos los integrantes de la Banda. Eran apenas 30 metros cuadrados. Una anécdota muy curiosa, es que cuando adquirimos unos timbales no entraban por la puerta de la casa en la que ensayábamos. Para llegar al patio, al gallinero, tuvimos que romper la puerta de entrada y la del patio. Tuvimos que dejar los timbales 15 días en el patio hasta que pusieron las puertas grandes. Con el paso de los años se van añadiendo componentes y entonces, después de pasar por el Teatro municipal, llegamos a un antiguo almacén de plátanos. Aunque parezca increíble, puedo asegurar a día de hoy que tenemos el mejor local de ensayo de todas las bandas de Gran Canaria.

¿En un antiguo almacén de plátanos?

Es un almacén reformado, con su techo original ignífugo y paredes de cantería. El resultado acústico es excelente. Desde que lo tenemos, hace ocho años, ensayamos ahí. Hemos pasado de una gallinera a un local de 300 metros cuadrados diáfanos. Además ya lo hemos dotado de un piso de calidad, cortinas y un buen equipo. Fue difícil conseguirlo, era un almacén de los Romero con historia en Gáldar. Ahora ensayamos ahí e impartimos las clases municipales de percusión.

Ser el director de una banda tiene que ser algo complejo, ¿qué es lo más complicado?

Hay mucho trabajo, como el que ponen todos los integrantes de la banda. Hay que gestionar a 70 individuos, como un entrenador gestiona un vestuario de fútbol.

Buena comparación, pero usted tiene más jugadores.

Y no se retiran a los treinta y pico. Son 70 músicos de todas las edades, con familia y sus propias aspiraciones. Es lo más difícil como director.

¿Una vez llega el momento de actuar, es más fácil?

Claro. Lo difícil es gestionar los ensayos. Una vez estás en la tarima, ante el público, disfrutas de todo.

La banda gana adeptos, ¿Gusta a las nuevas generaciones?

El año pasado habían dos mil personas en la Plaza de Santiago, no cabía ni un alma más. También hacemos actuaciones acordes a los más pequeños, para que disfruten de la banda interpretando canciones de Peppa Pig, el Inspector Gadget, la Sirenita y todos sus dibujos animados preferidos.

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