Desde un pan de 25 céntimos a un vehículo todoterreno de más de 30.000 euros. Las principales calles de Valsequillo se transformaron este domingo en una inmensa tienda al aire libre. Los vecinos y visitantes pudieron comprar de casi todo, además de cortarse el pelo, contratar un seguro, pedir hora para un masaje o adquirir, al precio de seis euros, la última camiseta de la fiesta de El Perro Maldito.

Uno de los puestos más concurridos ha sido el de las sabrosas mieles que elaboran en el barrio de La Barrera la familia de Orosman Burgueño y Beatriz Coronel, pioneros en la cría de la abeja canaria y embajadores de la Isla en cualquier encuentro de apicultores que se celebre en España. Este matrimonio uruguayo llegó hace 17 años a Tenteniguada, con tres hijos pequeños y poco equipaje, y desde allí levantaron la empresa Apícola Canaria, referente en la fabricación industrial de mieles, jalea real, velas y demás derivados de la cera natural. 700 colmenas repartidas por toda la isla, desde la Finca de Osorio en Teror al barranco de Ayagaures en Mogán, aportan la materia prima, explicó Beatriz Coronel a todos los que se acercaron a comprar su miel, a 10 euros el kilo en envases de varios tamaños.

"Este ha sido un mal año para el negocio por la falta de lluvia", se quejó la empresaria. La escasa floración ha reducido la producción a un 30% de lo que se recoge en un año normal. No obstante, el sector de la apicultura está en ascenso y Orosmán Burgueño viaja continuamente a la Península y a varias países europeos para enseñar las técnicas de la cría de reinas, en la que es un experto.

Otros artesanos de Valsequillo no tienen tantas espectactivas de ventas, pero no se resignaron a llevar el negocio a la calle, como Miguel Santana Afonso, vecino del barrio de Cuevas Negras, uno de los últimos fabricantes de escobas, cestos y útiles domésticos con hoja de palma, que recoge en un palmeral datilero cercano al pueblo.

Se lamentó de que nadie siga esta tradición, "algo entendible", según él, "si se tiene en cuenta que se tardan dos horas en hacer una escoba y ya nadie las compra". Eso le ha llevado a fabricarlas en miniatura, como elemento decorativo que sorprendió, sobre todo, a los turistas que pasearon por la feria.

Tomás López también llevó su mercancía a la plaza de Tifariti, en su caso figuras decorativas realizadas a partir de las tejas, desde un reloj a un molino de agua o una vivienda típica. "Yo he sido cocinero toda la vida, pero a mi edad ya no me quiere contratar nadie o solo pagan cuatro perras, por lo que me entretengo con esto y saco algo para ir viviendo, pero es más una afición que un trabajo", confesó.

Oportunidades

La feria empresarial de Valsequillo es una oportunidad para los artesanos. La décima edición congregó en el casco urbano de Valsequillo a unas 3.000 personas, según calculó el alcalde, Francisco Atta, durante el recorrido por los distintos puestos, acompañado por la consejera de Comercio del Cabildo de Gran Canaria, Minerva Alonso, y por el presidente de la Asociación de Empresarios Tajinaste Azul, Ibán Medina.

"El objetivo de esta feria es seguir promocionando al sector comercial del municipio y darlo a conocer al público que se acerca a pueblo; también es complementaria a la actividad que se desarrolla a lo largo del año, pues aquí hay una buena muestra del potencial empresarial y comercial que tiene el municipio", declaró Atta, quien apuntó que con la feria de ayer se abre también la campaña de Navidad, en la que se espera un repunte económico para las empresas de la localidad.