El presidente taiwanés, Chen Shui-bian, aceptó la "total responsabilidad" por esta rotunda derrota, "la más humillante sufrida" por su partido, el PDP, de cuya jefatura presentó la dimisión.

El KMT obtuvo 81 de los 113 escaños, seguido del PDP, con 27; la Alianza No Partidista con tres; el Partido Primero el Pueblo, con uno, y otro más para un candidato independiente, según los resultados finales del Consejo Central Electoral.

El KMT obtiene así una mayoría superior a los dos tercios que le permite revocar el mandato presidencial y enmendar la Constitución, sin contar con el resto de los partidos.

"Nuestra mayoría no nos hará prepotentes sino que prestaremos atención a las opiniones de la minoría", dijo el candidato presidencial del KMT, Ma Ying-jeou, tras los comicios.

Los resultados electorales suponen una fuerte censura a la política de Chen Shui-bian, centrada en impulsar el nacionalismo taiwanés y mantener un estricto control de los lazos económicos con China.

La victoria del KMT hace más probable que recupere la presidencia en los comicios del 22 de marzo, al tiempo que consolida un sistema virtualmente bipartidista, en el que los partidos pequeños pasan a ser meramente testimoniales, según han apuntado algunos observadores.

La propuesta del KMT de mejorar los lazos con China y centrarse en la mejora económica, dejando a un lado los temas ideológicos y nacionalistas derrotó a la determinación oficialista de proseguir un camino propio sin concesiones a Pekín.

La insatisfacción generalizada con la gestión de la economía y una serie de escándalos y juicios por corrupción de funcionarios y familiares de Chen Shui-bian han tenido, según los observadores, un un papel clave en estas elecciones.

El PDP y su advertencia de que una victoria opositora supondría una rendición ante China, sólo convenció a los independentistas radicales y no a los electores moderados.

Por otra parte, la participación electoral en los dos referendos celebrados en paralelo a los comicios parlamentarios fue sólo del 26,4 por ciento, muy lejos del 50 por ciento necesario para que sus resultados fueran válidos.

Uno de los referendos, propuesto por el PDP, pretendía recuperar los bienes obtenidos por el KMT en sus 55 años de gobierno en la isla, y otro presentado por el KMT quería abrir la posibilidad de juzgar a los presidentes en casos de corrupción.

Los analistas consideran que esta escasa participación supone un mal augurio para la consulta popular sobre el ingreso en las Naciones Unidas de la isla bajo el nombre de Taiwán, que se celebrará el 22 de marzo, junto a los comicios presidenciales.

Este referéndum ha suscitado las amenazas de China y la desaprobación de EEUU y la Unión Europea, preocupados por una posible escalada de las tensiones en el estratégico estrecho de Formosa.

La última reforma electoral disminuyó el número de escaños parlamentarios de 225 a 113 y aumentó el mandato de los legisladores de tres a cuatro años.

Cada uno de los votantes taiwaneses depositó un voto por un legislador de su distrito y otro por un partido político.

En el voto nacional a partidos, en estos comicios, el KMT obtuvo el 51,23 por ciento de los sufragios, seguido por el PDP con el 36,91 por ciento, el unionista Partido Nuevo con el 3,95 por ciento, la independentista Unión Solidaridad de Taiwán con el 3,52 por ciento y el resto correspondió a pequeños partidos.

En las anteriores elecciones del 11 de diciembre de 2004, la alianza opositora encabezada por el KMT logró una ligera mayoría con el 49,81 por ciento de los votos y 114 de los 225 escaños, mientras que el gobernante PDP y su aliada la Unión Solidaridad de Taiwán obtuvieron el 46,26 por ciento y 101 escaños.