El folclore canario acompaña al vecino de Teseguite Antonio Perdomo Betancor desde que era un chinijo. A sus 84 años aún tiene anclado en su memoria el recuerdo de las escapadas que hacía a la cantina del pueblo cuando contaba con tan solo diez años para escuchar "a los hombres cantar y tocar el timple y la guitarra metido debajo de una mesa". Donde había parranda allí se metía, hasta que un día descubrieron su escondite y lo invitaron a sumarse a la fiesta.
"Antonillo, sal de ahí y ven a cantar", le dijo una vez un timplista de la época. Así fue y desde entonces, de una u otra manera, "incluso, cuidando las cabras cantaba" para que no se enterase nadie y no le cogieran "los fallos", ha estado ligado al folclore. Aunque más bien, no le gusta que lo consideren un folclorista "porque eso es una cosa muy especial", precisó. "Yo soy parrandero", manifestó Antonio el pasado viernes. Esa noche la parranda El Lagar le rindió un homenaje durante la celebración del I Memorial Juan Cabrera Lemes, ambos fundadores del grupo en 2003.
Los achaques de salud no han acabado con las ganas de 'parrandiar' de Antonio, quien cuando creía que la voz no le daba para más después de cuatro años en horas bajas, se arrancó con una isa el pasado 30 de noviembre, festividad de San Andrés, aprovechando la degustación de la nueva añada de vinos caseros, según recordó.
Las agrupaciones folclóricas Guanapay, Gran Aldea y las parrandas Nuestra Señora de Guadalupe y El Lagar han contado con la presencia de Antonio, quien con 15 años "igual tocaba el timple que la guitarra". Animó a la juventud a participar del folclore porque, tal y como recomendó, "no hay mejor remedio para la salud que una buena parranda".
Su hijo Antonio María, director y presidente de El Lagar, ha seguido sus pasos. La tradición en la familia, de momento, está asegurada. Su hermana Teresita fue bailadora en Guanapay.
En el acto de reconocimiento a Antonio en la sociedad de Teseguite participaron también los grupos Buchito de Café de Teror (Gran Canaria), Verodal, de Arona (Tenerife), y las parrandas El Lagar y Altaja, de Lanzarote. Los ayuntamientos de Teguise y Tías han colaborado para que este entrañable evento se haya podido celebrar. Sus organizadores ya piensan en la segunda edición.
