Arrecife pone al descubierto su historia. Las obras de la zona comercial abierta en la avenida marítima, en el tramo comprendido entre la Dirección Insular de la Administración General del Estado y la glorieta del Real Club Náutico, se toparon hace un par de semanas con el muro de piedra negra del Muelle de la Pescadería, tramo que quedó sepultado en su día por la carretera cuando la ciudad ganó terreno hacia el mar. La construcción del dique data del año 1837.
La excavación de la zanja para instalar la nueva tubería de saneamiento sacó a la luz la pared, lo que obligó al área de Patrimonio del Cabildo de Lanzarote a ordenar la paralización de los trabajos hasta que un arqueólogo haga un estudio del hallazgo y se decida qué hacer al respecto en el trayecto afectado de la calle Doctor Ruperto González Negrín, aseguró ayer el concejal de Urbanismo, Samuel Martín. En el resto del trazado, entre la Dirección Insular y el parque José Ramírez Cerdá, los operarios continuaban este lunes con la intervención destinada a renovar la canalización del saneamiento y las acometidas de las aceras para los futuros enganches antes de que Canal Gestión Lanzarote proceda a hacer lo propio con la sustitución de la red de agua potable.
Martín dijo además que "estudiaremos la posibilidad de que, al menos, parte de los restos encontrados sean visibles desde algún lado una vez concluidas las obras en la avenida". Para ello, barajó que desde las pequeñas plazas urbanas que se crearán a la altura de la Dirección Insular y la glorieta del Real Club Náutico, "se podrían ver esos vestigios de alguna manera que estudiaremos para que los mismos queden a la vista".
En la actualidad, lo que queda del Muelle de la Pescadería es una pequeña explanada situada junto al antiguo Parador de Turismo. Cada mañana decenas de jubilados se reúnen en torno a las mesas que hay en esa zona para jugar sus partidas de dominó bajo la sombra de un toldo. Un bar ambulante sirve bebidas tras la clausura del quiosco existente por parte del ayuntamiento el pasado mandato.
Por otro lado, en el lugar una familia de pescadores de barquillos de litoral vende cada día sus capturas. En verano es un área de baño de los chiquillos del centro de la ciudad. Sin embargo, la existencia del Muelle de la Pescadería se remonta hasta el siglo XIX cuando en 1837 los vecinos de Arrecife, "ante la desidia gubernamental, determinaron costear un pequeño dique que solo penetraba en el mar con cinco metros de espigón", según se recoge en la publicación Patrimonio Histórico de Arrecife de Lanzarote.
A pesar del esfuerzo, la resistencia de la infraestructura fue insuficiente desde su inauguración y no tardaron en realizarse labores de reparación. El vecindario encargó en 1874 al maestro de obras Vicente Gutiérrez un arreglo más contundente que se prolongó más allá de 1877, cuando el maestro ya se había retirado de las mejoras.
