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In memoriam

El último adiós del agricultor rojo

Crisóstomo Barreto Perdomo, presidente de honor del PSOE de Lanzarote, falleció ayer a los 96 años

Crisóstomo Barreto Perdomo. LP / DLP

Agricultor, militante socialista desde la juventud y prisionero en un campo de concentración por la dictadura franquista. Crisóstomo Barreto Perdomo, que ostentaba desde diciembre de 2000 el cargo de presidente de honor del PSOE de Lanzarote, fallecía ayer en Arrecife a los 96 años. "Fue un hombre de izquierdas y socialista desde siempre y uno de los muchos españoles que fue represaliado después de la Guerra Civil por su ideología de izquierda", señala el exsecretario general de los socialistas lanzaroteños y actual viceconsejero de Justicia de Canarias, Manuel Fajardo Palarea.

Nacido en el año 1919 en el pueblo de Máguez en Haría, Crisóstomo Barreto era el militante más veterano del Partido Socialista y aunque oficialmente se afilió a la agrupación norteña en el año 1983 lo cierto es que su pertenencia al PSOE data de la clandestinidad.

Aunque nunca ocupó ningún cargo público sí tenía una participación activa en todos los actos públicos y orgánicos del PSOE en Lanzarote. En las elecciones de 2011 ocupó el último lugar de la lista (el segundo suplente) en la candidatura socialista al Ayuntamiento de Haría. De hecho, el secretario de Organización del PSOE, José Juan Cruz Saavedra recuerda que una de sus hijas tuvo que llevarlo al mitin que su partido celebró en el pueblo de Máguez en las pasadas elecciones. "Su hija lo alcanzó desde Arrecife, donde residía actualmente, hasta Máguez", afirma.

"Era una persona entrañable y querida dentro del partido", indica Fajardo que todavía tiene en su mente el encuentro que mantuvo Crisóstomo con José Luis Rodríguez en una de sus vacaciones a Lanzarote cuando ocupaba la presidencia del gobierno español.

"Siempre fue fiel a sus principios, aunque por encima de todo, fue un hombre bueno", señala Segundo Rodríguez otro de los históricos militantes del PSOE. Rodríguez recuerda que Crisóstomo no dudaba en venir desde Haría a las asambleas del partido en Arrecife en una pequeña moto. "Era un excelente militante", destaca Segundo.

Tras la detención de su padre, Víctor Barreto empezada la Guerra Civil por posesión ilícita de armas (una escopeta y un revolver que poseía por haber sido miembro del Somatén, un organismo paramilitar de la época de Primo de Rivera) el joven Crisóstomo (tenía 17 años) tuvo la inconsciencia de llevarle una carta a su padre comunicándole que no se preocupara que muy pronto iba a producirse un alzamiento en Lanzarote.

Una misiva que fue interceptada y que le condujo a la prisión militar Costa Sur de Tenerife. "A mí me detuvieron por haber escrito una carta a mi padre cuando este se encontraba preso, en que relataba cómo en Lanzarote iba a estallar un alzamiento. La carta fue interceptada por la Falange y aunque durante un tiempo estuve huyendo porque sabía que me buscaban al final me detuvo la Guardia Civil cuando estaba escondido en un camión", relataba hace años Crisóstomo.

"Desde el momento en que me detuvieron fui consciente de que podía morir en cualquier momento. Muchos años después de acabar la Guerra, en 1958 todavía me perseguían", recordaba hasta el punto que por aquella época se le impidió incluso formar parte de la junta directiva de la Sociedad de Máguez. "El gobernador civil lo impidió ya que yo era rojo", afirmaba.

Tras salir de la cárcel, Cristósomo fue obligado a alistarse con el bando nacional. "A la guerra fui con el bando nacional y era como si me llevaran amarrado porque tenía que combatir contra los míos. Estuve en el frente de Teruel y vi morir a muchísima gente, recuerdo que una vez vi varios muertos colgados de la alambrada", señalaba.

Aunque fue condenado al terminar la Guerra Civil a seis meses de cárcel los seis años de servicio militar le permitieron que se anulara la pena. "Yo he sido siempre agricultor y en aquellos años de marginación sólo deseaba meterme en mis tierras y olvidarme de todo el mundo exterior", afirmaba.

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