Debajo del agua desaparecen muchas barreras. El buceo adaptado permite a personas con distinto tipo de discapacidad darse un chapuzón de autoestima cuando se sumergen no solo en piscinas sino también en mar abierto, como la Playa Chica de Puerto del Carmen (Tías), uno de los lugares más excepcionales para practicar el submarinismo en Europa tanto para personas sordas, ciegas, con autismo como para las que carecen de alguna de sus extremidades, por poner algunos ejemplos.
Hace dos semanas, el turista británico Steve Hopwood realizó con éxito su bautismo submarino en Playa Chica acompañado de tres instructores del centro de buceo Atlantis Diving Lanzarote, de Puerto del Carmen, con titulación homologada para realizar ese tipo de prácticas. En 1996 Steve sufrió un accidente de coche cuando estaba de servicio en la Armada Británica, a raíz del cual le amputaron su brazo y pierna derechas.
Sin embargo, sus limitaciones físicas no le impidieron equiparse con los medios necesarios para practicar el submarinismo, romper barreras y "experimentar una sensación maravillosa de libertad", apuntan desde el Ayuntamiento de Tías.
La instructora Nuria Olive, de Atlantis Diving Lanzarote, estuvo junto a Steve en su nueva vivencia, quien se mostró encantado con misma. El comentario más generalizado de clientes con discapacidad, aseguró ayer Olive, es que "van a contar la experiencia a su centro de rehabilitación porque se han dado cuenta de que pueden hacer más cosas en la vida y que su vida no acaba aquí sino que va cobrando más sentido". Añadió que "Playa Chica es un lugar ideal para realizar el buceo adaptado, por la accesibilidad a la misma, a lo que se añade la ayuda del personal de la ONG Emerlan, que acude siempre que lo llamamos para hacer los traslados en la silla anfibia".
Olive relató que disponen de diversos materiales para poder llevar a cabo las inmersiones. Explicó que "para las personas sin piernas le damos un scooter, una especie de torpedo con hélice para que puedan avanzar o hacemos sonidos con tubos rellenos de bolas de plomo debajo del agua para que las personas sordas puedan recibir las vibraciones".
Precio del servicio
Dependiendo del tipo de discapacidad entre dos y cuatro instructores acompañan a los usuarios. El bautismo es más caro. Puede costar 100 euros frente a los 60 de uno convencional, dijo Olive.
"Las inmersiones de buceo adaptado están en auge en Playa Chica", apuntan desde Tías, "al ser una playa cien por cien accesible, con rampas, sillas anfibias que dispone el ayuntamiento de forma gratuita para los usuarios y con la profesionalidad de los instructores de este tipo de buceo".
Chemi García es presidente del Club de Actividades Subacuáticas de Lanzarote, colectivo que hace cuatro meses formó a cinco de sus instructores en buceo adaptado. "Quienes lo conocen y ni siquiera se lo habían planteado antes, se muestran encantados", aseveró García la pasada jornada.
El club, con sede en el barrio de Los Alonso, en Arrecife, hace los bautismos por ahora en piscinas y está dando a conocer este servicio, que realiza con personal voluntario. Ya se han presentado a la Asociación Cultural de Personas Sordas de Lanzarote, la ONCE y la Asociación de Personas con Discapacidad de Lanzarote (Adislan).
