Un año. Este es el tiempo que ha tardado el Cabildo de Lanzarote y el Ayuntamiento de Arrecife en trasladar dos cocoteros de la playa del Reducto para poder construir una rampa dentro del proyecto de acondicionamiento de los baños del balneario. La necesidad de contar con la autorización de la Dirección General de Costas ha tenido paralizada esta obra que fue adjudicada en octubre del pasado año a la empresa lanzaroteña Hormiconsa Canarias por algo más de 103.000 euros.
Un traslado de apenas unos dos metros pero que a punto estuvo incluso de tener que modificar el proyecto original por el retraso de Costas a la hora de dar el visto bueno. Un cambio para el que también se ha tenido que elaborar un informe del departamento de Medio Ambiente del Ayuntamiento para garantizar un traslado en las mejores condiciones posibles.
El Ayuntamiento procedía en la mañana de ayer al traslado de los dos cocoteros situados junto al balneario y al posterior replantado a menos de cinco metros de distancia. Una pequeña pala mecánica procedía a levantar las palmeras y a situarlas en otra zona de la arena donde se encuentran el resto de las plantas que en su día también fueron replantadas dado que estaban en la avenida.
La concejala de Parques y Jardines, Ascensión Toledo, se mostraba ayer satisfecha con la operación de traslado de los cocoteros. "A partir de ahora se le hará un seguimiento diario para ver como evolucionarán pero en principio parece que se encuentran en buen estado", apuntaba.
Será ahora el Cabildo el que deba reanudar el acondicionamiento del balneario y la construcción de la rampa que se da la circunstancia que formaba parte del Plan de Infraestructuras Turísticas del Gobierno de Canarias del año 2013 para la isla de Lanzarote.
El proyecto inicial prevía que la obra estuviera finalizada en mayo de este año. Sin embargo, los retrasos se han ido acumulando a la espera de la autorización definitiva de Costas.
Los trabajos, que tenían un plazo de ejecución de seis meses, consisten en arreglar los actuales baños y vestuarios y de dotar a este edificio de una nueva sala de primeros auxilios, permitirán además de reformar una obra municipal de bastante antigüedad, hacerla accesible para personas con discapacidad o movilidad reducida.Además, se dotará al edificio de alumbrado, sistema contra incendios, fontanería, evacuación de residuos, carpintería exterior de aluminio para ventilación y sanitarios de primera calidad.
Desde el consistorio se espera terminar de una vez por todas con una obra que consideran clave para recuperar la bandera azul para la playa del Reducto, que se perdió en el año 2002 cuando comenzaron las primeras obras de mejora del Islote de la Fermina, que causalmente, está ahora cerrado y completamente destrozado. El nuevo balneario complementará a las otras obras que se han realizado este año como han sido las rampas para facilitar el acceso a personas con problemas de movilidad.
El otro gran objetivo del Ayuntamiento es la puesta en marcha del kiosco de madera situado justo al lado del balneario. No obstante, al igual que sucede con el otro kiosco ubicado en el muelle de la Pescadería (junto al antiguo Parador) también se está a la espera de la autorización de la Dirección General de Costas. Sin ese permiso, el Ayuntamiento no puede sacarlo a concurso público.
