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Puerto del Carmen La renovación de un establecimiento emblemático

Así se desmontan 50 años de historia

Los trabajadores de Los Fariones comienzan el desalojo del hotel para dar paso a su rehabilitación

El último potaje.

El hotel Los Fariones al desnudo. Así se quedará este establecimiento, pionero en el turismo de Lanzarote, en los próximos días cuando los trabajadores terminen de inventariar, clasificar y almacenar todo el equipamiento de la cocina, el comedor, los bares, las terrazas, las habitaciones, la recepción, los despachos y otros departamentos del inmueble, situado en Puerto del Carmen (Tías).

Hasta el piano de cola que ameniza las tardes ha sido desmontado y tendrá un nuevo destino mientras duren las obras de rehabilitación integral de Los Fariones para convertirlo en un cinco estrellas, el restaurante Isla de Lobos del hotel Princesa Yaiza, en Playa Blanca (Yaiza). El pianista y afinador Juan Gómez se encargó ayer de separar las piezas de este Yamaha de los años ochenta, todo un clásico en Los Fariones.

Parte de los enseres y del mobiliario se distribuirá en otros edificios alojativos de la misma cadena como el Suite Hotel Fariones Playa y Apartamentos Fariones, aunque también hay material que se cederá a varias ONG que desarrollan su labor en Lanzarote, aseguró ayer el director de Los Fariones, José Antonio Fernández.

Medio siglo de historia de Los Fariones, inaugurado en octubre de 1966, da para mucho. Hay clientes que eligen el hotel desde hace varias décadas para hospedarse durante sus vacaciones y no dudan en dejar algunas de sus pertenencias en el mismo de un año para otro. Los recepcionistas Manolo Dévora, que lleva 38 años en la empresa, y Octavio Sánchez, 24, cambiaron ayer sus uniformes por ropa de faena. Se encargaron de guardar bastones, muletas, carritos de bebés, maletas, raquetas de madera de playa, cañas de pescar, sombrillas, colchonetas, libros, bolsos playeros y otros objetos de huéspedes veteranos.

"El hotel cierra una etapa pero abre otra. Este establecimiento se lo merece y regresaremos con muchas ganas. Estoy contento con ello. Además, aprovecharemos para reciclarnos con cursos", afirmó Manolo, el más veterano en la recepción. Recordó que entró a trabajar en abril de 1978 y al mes siguiente tuvo lugar la primera huelga en hostelería, que no dudó en secundar junto a sus compañeros en demanda de mejores condiciones laborales.

"En aquella época", rememoró el recepcionista, "no había ni programa informático para gestionar las reservas". Sin lugar a dudas, lo que nunca olvidará Manolo es cuando tuvo que tirarse a la piscina "para salvar a un chaval inglés de morir ahogado. De eso hace por lo menos 25 años y todavía viene a saludarme cuando visita Lanzarote y a darme las gracias".

Octavio comenzó de botones y luego se incorporó a recepción. Por el mostrador han pasado "hasta dos y tres generaciones de una misma familia. He visto pasar por aquí a niños que cuando han crecido han regresado con sus nietos", indicó el recepcionista.

"Una gran familia"

La lista de personalidades que han estado en Los Fariones en sus cincuenta años de vida es interminable. El artista Salvador Dalí, los reyes Hussein de Jordania y Olav, padre del actual rey Harald de Noruega; los ex ministros de Información y Turismo Manuel Fraga y Alfredo Sánchez Bella; el expresidente español Felipe González; el excanciller alemán Helmut Schmidt; el exprimer ministro irlandés Bertie Ahern; el cantante Julio Iglesias; el tenor Alfredo Kraus; o el humorista Bigote Arrocet, de actualidad por su noviazgo con la presentadora de Tele 5 María Teresa Campos, son algunos de los muchos ilustres que ha acogido Los Fariones.

La gobernanta, Edelmira (Mirita) Reyes, tuvo la oportunidad de conocer a Arrocet. "Nos decía en tono irónico, 'quita, quita, que tienen más peligro que un mono con una escopeta cargada". Mirita se ríe, pero reconoce que lloró el pasado martes cuando se fue el último cliente de Los Fariones. "Con el cierre parece que se va algo. Este hotel es como una gran familia y no solo por los trabajadores, sino también por la propiedad y los clientes", dijo la gobernanta emocionada, que el próximo domingo cumplirá 30 años en la empresa.

La madre de Mirita, Edelmira Bravo, trabajó 28 años en Los Fariones. La gobernanta conoció allí a su marido, José Luis García, cuando era camarero. Ahora es pintor. Mirita estuvo antes en la lavandería y asegura que reconocía las prendas de los clientes que "venían año tras año". Añadió que "hay quien quiere que la misma camarera de piso que ha tenido en años anteriores le haga la habitación". Está convencida de que "el día que este hotel reabra será, con diferencia, el mejor de Canarias".

Todo el menaje de cocina y bares se retira sin perder tiempo. "Tenemos trabajo por delante", admitían los camereros Miguel Robayna, con 38 años de trabajo, y Emilia Rodríguez, con 28.

Las instalaciones de la cocina sufrirán una de las mayores transformaciones del hotel. Arcadio Pérez es el jefe de cocina y tiene a su cargo a 23 personas. Regresará con un nuevo menú, adaptado a una clientela de cinco estrellas. Hasta el pasado martes en Los Fariones se servían a diario unos 400 desayunos y una media de unos 200 almuerzos para los clientes, además del centenar que se preparaba para los trabajadores. A lo anterior hay que sumar los casi 90 snacks que se ofrecían a media tarde.

Pablo Vizcaíno se encarga desde hace cinco años del mantenimiento de las dos piscinas, además de las 320 hamacas y 90 sombrillas. Su heroicidad ha permitido salvar a tres clientes de morir ahogados, entre ellos un alemán de 70 años que sacó de una parada cardiorespiratoria. Dentro de aproximadamente año y medio, Los Fariones regresará con nueva vida.

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