La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

"Europa se ha transformado en un vulgar mercado para con los refugiados"

"Hay que decir la verdad. No hay un solo ejemplo de un refugiado que haya realizado un atentado", puntualiza el politólogo, filósofo y sociólogo

Sami Naïr ayer en los jardines del hotel Salinas de Costa Teguise. D. R.

Las cifras oficiales hablan de cinco millones de refugiados. ¿Qué es lo primero que piensa cuando oye estos números?

Lo primero que pienso es que es una cifra absolutamente imposible de comprobar, quiero saber cómo se ha elaborado esa cifra, si tienen datos de las naciones y cómo se han elaborado. Si vienen de las ONG, de servicios especializados, de dónde vienen. No digo que no sea cierta. Uno de los problemas más importantes que tenemos ahora es que dadas las políticas puestas en marcha en Europa no sabemos exactamente el número real ni dónde están todos los refugiados que no pudieron conseguir el estatuto de refugiados. Hasta la fecha solo sabemos que 13.000 personas han conseguido el estatuto de refugiado. Y antes de ayer el comisario europeo declaró oficialmente el fracaso de la política europea en materia de acogida de refugiados.

¿Entonces cuál es el dato real?

Está claro que estamos en una situación de opacidad total, Lo que si sabemos es que en Grecia y en Italia hay más de dos millones de refugiados, atendidos por ONG o vagando solos. Sabemos que hay campos de refugiados, en Italia hay unos 170.000, en Grecia más o menos la misma población. Sabemos que ahora llegan pocos porque Turquía está controlando sus fronteras. Aunque creo que los turcos van a reabrir sus puertas por los conflictos actuales con Alemania y Holanda. Si yo tuviera que dar una cifra diría unos 4 millones. Si añadimos a los inmigrantes no legales y a aquellos que ya estaban en los países europeos antes de esta crisis seguro que nos acercamos a los cinco millones. Es decir, que tenemos una población de inmigrantes y refugiados más importante de la que se habla.Son unas personas que no tienen derechos, que sufren las persecuciones, que no pueden beneficiarse de la solidaridad. Hemos puesto leyes que los castigan y no queremos darles soluciones. Nos hemos puesto en un callejón sin salida con la actual política europea.

Usted insiste en la necesidad de diferenciar a un inmigrante de un refugiado

Son dos cosas totalmente diferentes.El refugiado es una persona que tiene el derecho legal de pedir ayuda y nosotros tenemos la obligación de ayudarla desde el mismo momento en que hemos adoptado la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951. Mientras que con un inmigrante que viene a buscar un trabajo no tenemos la obligación de ayudarle. Ahora todos los estados están reduciendo el significado de refugiado. Cada vez más se ponen más trabas para definir lo que es un refugiado.

Por eso se refiere a la necesidad de conceder un documento humanitario a los refugiados.

Si no podemos darle el derecho de asilo por lo menos debemos darle a esa gente un documento para que puedan circular y pedir asilo en otros países. Es lo que existía en los años 30 cuando el fascismo en Italia y Alemania, no se acogía a los exiliados en Francia de manera automática pero se les entregaba un documento que les permitía pedir el asilo en Estados Unidos, en Méjico y muchos otros países.

¿Tiene Europa capacidad para asumir esos 5 millones de refugiados?

Europa tiene 500 millones de habitantes y hablamos de un continente cuyo PIB es el más importante del planeta, el 23% de toda la actividad económica del mundo. Podemos ayudar a esa gente, tenemos los medios económicos. El problema es que no tenemos una voluntad política para hacerlo porque Europa se ha transformado en un mero vulgar mercado.

Usted cree imprescindible fortalecer el proyecto político de Europa como solución al problema de los refugiados, ¿no cree que es una meta imposible tras la salida del Reino Unido de la Unión Europea?

Estamos en un momento de crisis pero las crisis siempre han sido el momento en el que se decide ir más rápido hacia adelante o volver atrás. Estamos en la encrucijada pero creo que los intereses económicos europeos hace que no podamos volver atrás. Es imposible. Leía en la prensa que las inversiones alemanas en Francia supera al del resto de inversiones de otros países. La interdependencia es cada vez más importante. Veremos el tiempo que tardan las negociaciones por el Brexit, seguro que tardarán entre cinco o seis años en vez de los dos previstos. Y eso si llegan porque pueden pararlo todo. Creo que la crisis es el mejor momento para llevar a cabo una política mucho más integradora, de unión política de los pueblos. No queremos un directorio de dos países como el actual queremos que todos los países europeos pacten para un proyecto común. Sé que con los países del Este será más difícil porque no tienen el mismo proyecto estratégico que el resto de Europa. Están en una situación con poco margen de maniobra. Es el momento para una Europa confederal política basada en los grandes países del euro pero sin hablar de dos velocidades.

¿Cómo se puede atajar el miedo del ciudadano europeo hacia los refugiados?

Pues diciendo la verdad. No hay un solo ejemplo de un refugiado que haya realizado un atentado. En Francia han sido franceses y belgas, en Alemania uno era marroquí. De refugiados que vienen de Siria y de Irak no conozco ningún ejemplo. Lo de Colonia sepuede discutir, porque lo han silenciado porque no pueden demostrarlo. El último de Inglaterra igual. Entonces de qué estamos hablando. Los refugiados no tienen nada ver con eso. Incluso si el ISIS camuflase terroristas como refugiados sería muy fácil descubrirlo. Hay una inmensa manipulación. Tenemos que entender que estamos ante un problema humano y pero por otro lado hay una situación geopolítica gravísima que tiene que ver con la expansión del caos en Oriente Medio cuyo principal responsable ha sido los Estados Unidos que han destruido Irak. Y de ahí ha salido todo el movimiento extremista. Y fueron los americanos los que instauraron una constitución dominada por el Islam, cuando antes era un estado laico. El presidente Obama intentó poner fin a esta situación pero estoy seguro que con Trump tendremos sorpresas muy pronto.

Se refiere a sus primeras medidas migratorias.

Son medidas sin ningún significado. Qué significa impedir la entrada de ciudadanos de ocho países. Eso es de locos porque significa que todos los ciudadanos de esos países son terroristas. Eso es una paranoia política increíble de los Estados Unidos. Un problema de inseguridad. Cómo pretender expulsar a once millones de hispanos, quién puede pensar que eso es posible. Estamos en la demagogia pura y Trump está jugando con gestos sin significado. Es un político que está poniendo al mundo en peligro. De eso se están aprovechando los movimientos tanto de extrema derecha como islamistas.

Pero con este panorama que nos describe ¿no le entra la desesperanza?

Creo que la esperanza está escrita en el mismo modo de ser de la sociedad. Siempre he compartido una frase de un poeta alemán que decía del pesimismo más profundo sale el mayor de los optimismos. Creo que las nuevas generaciones están planteando otra manera de vivir, de hacer política. No se puede imponer a los ciudadanos. Por eso creo que no hay que desesperar porque mientras un humano albergue un sentimiento humano eso es esperanza.

Pero qué pueden hacer los ciudadanos para cambiar esta situación.

Todos tenemos la obligación de hacer dos cosas: la primera es hacer el esfuerzo necesario para entender el mundo en el que estamos. Dudar frente a los discursos dominantes, poner entre paréntesis lo que sabemos y volver a actuar pero dudando. Es decir, desarrollar el pensamiento crítico. El segundo deber es la solidaridad con los que se encuentran en una situación de debilidad. La solidaridad humana más allá de los géneros, razas, profesiones, actitudes de cada uno. Y es descaradamente lo que está desapareciendo en capas particulares de la sociedad.

Y de España cuál cree que es el papel que está jugando el gobierno de Rajoy.

El gobierno español está actuando de manera gris. No hace lo que debe hacer pero hace lo mínimo para que no se le critique. No está a la altura de la gran solidaridad que ha manifestado la sociedad civil española. En este país hay una gran tolerancia, una gran apertura de espíritu y es un ejemplo para el resto. También querría decir que en Alemania hay una enorme solidaridad.

Compartir el artículo

stats