La concentración de boro por encima de los límites permitidos en el agua de abasto de la capital grancanaria desaconseja su uso para beber o cocinar, según advirtió la Consejería de Sanidad del Gobierno canario al Ayuntamiento el pasado mes de marzo. Los análisis realizados por la compañía Emalsa reflejan que el agua desalada tiene una concentración de 1,1 a 1,3 miligramos por litro de boro, cantidades que superan el límite establecido por la normativa sanitaria, fijado en un miligramo por litro.

El alcalde, Jerónimo Saavedra, ha ordenado a Emalsa que tome de inmediato las medidas necesarias para eliminar el exceso de este elemento del agua, una circunstancia de la que se tiene conocimiento desde finales de 2008, según aseguró a última hora de la tarde de ayer el gerente de la compañía de abasto, Jesús Blanco, en una rueda de prensa convocada con carácter de urgencia, en la que estuvo presente el concejal de Desarrollo Sostenible, Néstor Hernández.

Blanco explicó que la dirección de Emalsa "presentó a la Consejería de Sanidad la notificación de esta problemática desde febrero" pasado.

Néstor Hernández eludió ayer pronunciarse sobre si la población debe o no consumir el agua de la desaladora. Según el concejal, es Sanidad a la que corresponde "determinar si es potable o no. Hasta que Sanidad catalogue el agua el lunes o el martes, pedimos cautela".

Para eliminar el exceso de boro es necesario cambiar las membranas de ósmosis inversa de las potabilizadoras que desalan el agua mediante la eliminación de las sales, entre ellas el boro, un cambio de tecnología que, según fuentes municipales, Emalsa no ha efectuado con la celeridad precisa.

Así las cosas, el gerente de Emalsa sostuvo que la presencia del boro "siempre ha sido un problema" en el agua de la capital por lo que por insistencia del grupo de gobierno actual desde 2007 se ha puesto en marcha un plan de mejora, consistente en un cambio de tecnología y reposición de las membranas que componen los módulos de desalación, para mejorar el proceso de rechazo y evitar las altas concentraciones de boro. "En 2009 tenemos prevista la sustitución de ocho membranas de las plantas desaladoras, lo que va a suponer una inversión de 1,5 millones de euros", dijo Blanco.

Emalsa prevé corregir esta situación en tres meses. Hernández añadió "no es casualidad que las mayores concentraciones se estén produciendo en los módulos" de Isolux, adjudicados por el PP, "que están dando problemas desde que empezaron a funcionar. Estos módulos tienen niveles de 2,5 miligramos de boro".