Martín Vera, un isletero que va siempre que puede a pescar a El Confital, se muestra encantado con la decisión del Ayuntamiento de hacer cumplir a rajatabla la ordenanza que prohibe hacer asaderos en la playa. "La gente deja todo el carbón tirado. Mire como están los solarium recién puestos todos llenos de grasa", se enfada Vera, quien añade: " Hoy no me ha dado ni el olor a chuletas". El anuncio de las multas redujo ayer la afluencia de bañistas a El Confital, pese a que la presencia policial no era visible en la zona. Sólo había en el lugar efectivos de la Cruz Roja y de Protección Civil, que controlaron el acceso de vehículos al lugar.

El anuncio de multas cortó a muchos usuarios que optaron por una ensaladita y otras comidas preparadas para el almuerzo playero, pero más de uno se asó sus chuletas. El olorcillo los delataba. Los ediles de Playas y Seguridad, Héctor Núñez y Jesús Dumpiérrez aseguran que no hubo incidentes. "El fin de semana pasado se pusieron 16 multas y hoy están las cosas muy controladas", dice Núñez.

Un grupo de usuarios del Centro Insular de Deportes tuvieron que cambiar el menú sobre la marcha. Lo tenían todo comprado, menos el pescado, para el asadero cuando se enteraron de que había multas. Pepa, Marta y Cristina se muestran conformes con la medida, pero reclaman más vigilancia "para que multen a los que no cumplen. Esto es un lujo y tenemos que cuidarlo. El Ayuntamiento tendría que prohibir también los asaderos de la Noche de San Juan en Las Canteras". A Soraya y a Blas Ortega la prohibición no les parece bien. Según Ortega, los asaderos han existido siempre en El Confital. "Lo que pasa es que la gente que viene de fuera lo deja todo tirado". "Lo que tiene que hacer la policía", apostilla Soraya, "es coger el DNI de los que vienen y al que deje la basura tirada, que lo multen. Yo he hecho asaderos y limpiaba después mi basura y la que dejaban otros tiradas".

Lo que hay que controlar, se ñalan varios usuarios, "son los botellones que se montan por la noche y que dejan toda la basura tirada". "Hasta hace unos días", cuenta Martín Vera, "las escandaleras nocturnas se oían desde La Isleta. La noche de San Juan esto fue tremendo". José M. Álamo dice que los que dejan la basura no son de La Isleta. "Nos dejaron sin chuletas", se lamentaba desconsolado un fanático de las barbacoas..