El futuro urbanístico de Las Palmas de Gran Canaria no tendrá el debate que sufren los propietarios de unas 30.000 viviendas de Santa Cruz de Tenerife, cuyo nuevo Plan General deja ahora fuera de ordenación, esto es, con una modificación sustancial de sus características edificatorias, sobre todo en cuanto a su número de plantas. Los actuales rectores municipales y la oposición política coinciden en que la falta de suelo de la ciudad se traducirá en el esponjamiento de calles y el crecimiento en altura. Los futuros rascacielos impedirán que miles de casas ya construidas pierdan su actual calificación urbanística.

"El futuro lógico con un suelo prácticamente agotado nos llevará a acogernos a la solución de Chicago en el siglo XX, y eso pasa por aumentar en altura las manzanas esponjando, por lo que los riesgos de que se queden viviendas fuera de ordenación pueden ser mucho menores", explicó ayer el concejal del área de Urbanismo, Néstor Hernández, a raíz de que el consejero de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias, Domingo Berriel, lanzase que tanto la capital grancanaria como La Laguna también dejarían viviendas fuera de ordenación en sus planeamientos.

También el alcalde, Jerónimo Saavedra, se pronunció ayer sobre las palabras de Berriel, aunque sin especular sobre el futuro urbanístico. De forma tajante, el regidor se refirió a la revisión actual a la que se somete el Plan General para adaptarse a media docena de normativas autonómicas. "No hay ninguna modificación" con respecto a las viviendas que se quedaron fuera de ordenación cuando se aprobó el Plan General, en 2000, y su primera revisión, en 2005. Entonces, dijo el alcalde, "muy pocas casas" se quedaron fuera de ordenación, una figura urbanística que, en el caso de derribo en el futuro, impide reconstruirla en las mismas condiciones. Por su parte, el concejal del PP, Felipe Afonso, que fue titular de Urbanismo entre 2003 y 2007, coincidió con Néstor Hernández en que en un futuro Plan General primarán las alturas y, por lo tanto, el riesgo de dejar viviendas fuera de ordenación es bajo. "La tendencia no es precisamente a bajar pisos, sino a subirlos", zanjó.