Los ciudadanos de Las Palmas de Gran Canaria deben a los bancos, vía Ayuntamiento, 117 millones de euros en este momento y están hipotecados a fecha de hoy hasta 2069. En este momento, la hacienda local paga intereses y amortizaciones por 27 préstamos del periodo entre 1998 y 2009, muchos de estos refinanciaciones de deudas anteriores, con la excepción de uno solicitado en 1969 que se acaba de pagar el próximo 31 de diciembre.

Son los números históricos de una deuda que, a pesar del carpetazo al crédito -debido al desequilibrio presupuestario de 2008, que generó un déficit de 48 millones de euros-, no convierte al Ayuntamiento en una administración especialmente morosa. Al contrario: es la cuarta capital de provincia con mayor capacidad de endeudamiento -hasta el año pasado era la tercera-, al alcanzar sólo el 44% del presupuesto, cuando el Ministerio de Hacienda permite niveles de deuda de hasta el 75%.

Hasta el desequilibrio presupuestario de 2008, el Ayuntamiento ha ido sobreviviendo con solvencia a base de créditos y de refinanciación de deuda, un sistema, este último, que se puso en práctica durante el primer mandato de José Manuel Soria (PP), en 1995, con el que se ganaba liquidez. En aquella etapa, de problemas de pago a proveedores, se aplazaron varios créditos para evitar que las amortizaciones se llevaran todo el peso del presupuesto y así disponer de más dinero en caja.

El modelo cuajó y se repitió en los años siguientes. De hecho, durante el mandato de Pepa Luzardo (PP), entre 2003 y 2007, se refinanciaron nueve créditos del mandato de Soria por valor de 48,4 millones, es decir, revisó lo de su antecesor para nuevamente tener más liquidez. Además, la alcaldesa popular firmó cinco pólizas más para inversiones valoradas en 47 millones.

Jerónimo Saavedra (PSOE) no ha podido seguir la tónica de las refinanciaciones "porque no podemos", reconoce el director de gobierno de Hacienda, Benito Cabrera. En realidad, es porque el Ayuntamiento incumple desde 2008 el requisito de estabilidad presupuestaria, esto es, el equilibrio entre ingresos y gastos. Pero eso no ha impedido al alcalde socialista suscribir algunos créditos, cuatro concretamente, que suman casi 27 millones.

En el historial de créditos bancarios pendientes de amortizar por el Ayuntamiento figura aún el de 12 millones de euros que se pidió en 2002 para la polémica adquisición de la antigua fábrica de tabacos La Favorita, hoy convertido en un gigantesco almacén que más bien es un cajón de sastre en el que se guardan desde restos de viejos escenarios de carnaval hasta urnas de elecciones. Este año se amortizarán 1,2 millones y todavía quedarán pendientes otros 4,8 millones de aquí a 2012.

De los últimos créditos, los más importantes fueron los solicitados por Pepa Luzardo para hacer frente a un plan de barrios que afrontó en la segunda mitad de su mandato, y que alcanzó los 30 millones de euros, divididos en dos préstamos de 15 millones cada uno. Es decir, se destinaron exclusivamente a inversiones.

Distinto ha sido en el último mandato, en el que los créditos solicitados por Saavedra han tenido como principales destinatarios el pago a proveedores y de sentencias condenatorias en materia urbanística. Este mismo año, el gobierno municipal ha solicitado otro, de 10 millones, para salvar las cuentas de este año, pero el Ministerio de Hacienda no lo ha autorizado porque persiste el efecto del desequilibrio de 2008.