El viento y las olas siguen siendo los protagonistas de las últimas jornadas del Winner. El fuerte temporal, que ayer cumplió su segundo día consecutivo sobre la cubierta del velero canario, ha mermado las fuerzas de los cuatro tripulantes, quienes atraviesan su peor momento de la regata ARC.

El Winner amaneció escorado. "No se podía estar en cubierta. Nos refugiamos en el interior del velero con las ventanas cerradas para que no entrase el agua", apuntó Enrique Viera. A las pocas horas, la embarcación se convirtió en un horno. "Entre el calor, la falta de aire fresco y lo que se movía el barco la navegación resultó algo desagradable", añadió.

Bajo los efectos del mal tiempo, las cualidades culinarias de los canarios se fueron por la borda. "Con olas de cuatro metros zarandeándonos de un lado a otro fue imposible cocinar", justificaron. Ricardo Viera preparó ayer suculentos bocadillos para el almuerzo, un menú que poco se diferenció de los perritos calientes del día anterior.

Sobre las tres de la tarde de este miércoles, el Winner se cruzó con otro velero de la regata transoceánica, el Starcross, con el que pudieron intercambiar impresiones por radio sobre el temporal.

"En principio creemos que el tiempo se mantendrá así hasta el fin de semana", comentó Enrique. Ambos veleros sacaron sus cámaras fotográficas para retratarse. "Hemos quedado con ellos en Santa Lucía para tomarnos unas copas", apuntó con cierta sorna.

A pesar de las condiciones meteorológicas, la embarcación de los canarios va directa al Caribe. "Por lo menos el viento y las olas nos empujan en la dirección correcta", se consolaban.