Después de recorrer cerca de 12.000 kilómetros desde el lejano Oriente, los Reyes Magos pasearon durante la tarde de ayer por las calles de Las Palmas de Gran Canaria. Allí les esperaban más de 200.000 personas emocionadas con la llegada de Sus Majestades.

Los niños, sin duda, fueron los que más disfrutaron, pero los mayores no se quedaban atrás cantando canciones clásicas infantiles y algunas más modernas como la de la serie Bob Esponja, personaje que, con carroza incluida, causó furor ayer en la Cabalgata de Reyes, un desfile que organiza desde hace seis décadas la Casa de Galicia.

Hugo, de cinco años, fue uno de los que más cantaron el tema de la conocida serie de televisión infantil. Compartía acera con dos amigos del colegio, Bryan y Aimar, de la misma edad. "No me van a traer carbón porque me he portado muy bien", aseguraba Hugo, que ya había mandado su carta a los Reyes Magos, en la que incluía varios muñecos de Ben 10. Por su parte, su amigo Bryan había enviado cuatro cartas "por si acaso", decía desconfiado.

Otros pequeños se sentían más seguros dando la carta en mano a Sus Majestades, que recorrieron la ciudad desde el Castillo de La Luz y hasta el parque San Telmo. "¡Le di la carta a Melchor!", gritaba emocionada Sandra, de cuatro años. La carta no sólo recogía sus juguetes favoritos, también un dibujo hecho por ella. "Espero que le guste", decía la pequeña a hombros de su padre.

Gaspar, Melchor y Baltasar llegaron en riguroso orden desde Oriente. Como siempre fue el rey negro el que levantó la mayoría de las aclamaciones infantiles. "Baltasar es mi rey favorito de siempre. Todo se lo pido a él", se sinceraba Ismael, de cinco años, acompañado por su hermana, Tania, de dos, y varios primos. Lo que más deseaba abrir el Día de Reyes este pequeño grupo era cualquier juguete relacionado con la serie Gormiti y la película Cars. "Se ponen histéricos. Desde que empiezan las Navidades sólo piensan en los regalos", comentaba su tía Ana María.

Antes del paseo triunfal de sus Majestades, ocho carrozas de diferentes alegorías amenizaban la espera. Zancudos vestidos de algas, bandas de música, romanos y peces gigantes llenaron de color las calles de la ciudad. "Esperamos en la acera durante mucho tiempo para sólo unos minutos, pero son unos minutos que merecen la pena", sostenía Yurena, una joven madre.

Horas después los Reyes Magos entraban de noche en cada casa gracias a la llave de la ciudad que les entregó por la mañana el alcalde Jerónimo Saavedra. Durante el día de hoy sus Majestades harán un recorrido por diferentes centros públicos y residencias.