La borrasca se alejó ayer de manera definitiva del Archipiélago, tras la desaparición de las fuertes rachas de viento, dejando tras su paso un paisaje desolador en Arrecife de Lanzarote, la ciudad más afectada por las lluvias. En Gran Canaria y Fuerteventura, por suerte, las lluvias han tenido efectos más beneficiosos, sobre todo para las presas de la isla redonda, que han alcanzado un volumen de ocupación máxima en toda su historia. Sólo los pescadores grancanarios se han visto afectados por el viento y el oleaje y han tenido que amarrar la flota. Los marineros de San Cristóbal, en la capital grancanaria, tienen los barcos amarrados desde el pasado domingo y esperan poder salir a faenar hoy.

Los aeropuertos de El Hierro y La Palma sufrieron ayer cancelaciones y retrasos en los vuelos debido al viento. Aunque la borrasca ya se ha ido, se mantiene la inestabilidad atmosférica, circunstancia que provocó lluvias débiles y aisladas, que se mantendrán durante todo el día de hoy. El viernes ya entrará en escena otra borrasca que se está acercando al Archipiélago, según informó a este periódico el jefe de Perdiciones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Canarias Oriental, Jesús Agüera.

La Aemet levantó a primera hora de la mañana de ayer la alerta amarilla en Gran Canaria, tras mejorar el estado de la mar y desaparecer las fuertes rachas de viento. El aviso sólo se mantenía anoche en Tenerife por fuertes vientos en la cumbre y en Lanzarote, por el mal estado de la mar.

En la isla conejera, los servicios de emergencia tuvieron que intervenir ayer en medio centenar de calles donde decenas de casas y comercios quedaron anegados por las lluvia y las instituciones volvieron a echarse la culpa sobre la responsabilidad de lo sucedido. El alcalde de Arrecife, Cándido Reguera, se vio desbordado por una verdadera avalancha de vecinos que acudió a su despacho en busca de ayudas. El regidor, por su parte, ha reclamado la colaboración del Gobierno canario.

En la isla de Fuerteventura, por el contrario, el agua caída sólo ha traído beneficios, salvo destrozos registrados en algunas vías majoreras. Los campesinos dicen que ha sido el mejor invierno que se recuerda en los últimos veinte años.

Por otro lado, el fuerte viento provocó la cancelación de cuatro vuelos, dos salidas y dos llegadas, desde el aeropuerto de El Hierro hacia el aeródromo de Tenerife Norte, y retrasos de más de una hora en cinco vuelos de llegadas y cuatro de salidas en el aeropuerto de la isla de La Palma.

Dos de los vuelos retrasados en La Palma corresponden a sendos aviones procedentes de Alemania que tenían que haber aterrizado ayer en la isla y fueron desviados al aeropuerto de Tenerife Sur. Durante la tarde de ayer no habían podido tomar tierra en el aeródromo palmero.

El resto de los aeropuertos de las provincias de Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas operaron con total normalidad, según informó una portavoz de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) en Canarias. Para este jueves no se esperan mayores problemas en los recintos aeroportuarios, incluso tampoco en Lanzarote, donde aún se mantenía la alerta amarilla. En general, el Archipiélago recuperará la normalidad antes del mediodía.