Esteban González Sarmiento ha sido condenado a dos años de prisión como autor de un delito contra los derechos de los trabajadores en concurso con otro de homicidio imprudente por la muerte de Juan Carlos Santana Andueza, que falleció electrocutado en 2005 cuando realizaba tareas de mantenimiento en la Ciudad Deportiva Gran Canaria (Martín Freire). Por contra, el juzgado de lo Penal 1 ha absuelto a los otros tres imputados, responsables políticos de la instalación polideportiva, y carga las culpas sobre González Sarmiento, encargado directo de las tareas de mantenimiento e inmediato superior del fallecido.

La sentencia estima probado que Santana Andueza murió de una descarga eléctrica cuando descendía por una escalera metálica al fondo del vaso de compensación de la piscina del polideportivo, en la que había cables sumergidos en unos 20 centímetros de agua, para realizar tareas de mantenimiento. "Para su realización los empleados de Eulen [empresa contratada para esta labor] carecían del material imprescindible sirviéndose de una bomba de extracción, un proyector de alumbrado no homologado, así como dos alargadores, efectos estos últimos con señales visibles de deterioro que discurrían parcialmente por el fondo del aljibe", señala el fallo judicial.

Entre las imprudencias que relata la sentencia se enumeran como causantes del accidente mortal la presencia de agua en el fondo de la piscina, la utilización de una escalera metálica parcialmente sumergida en esa agua y a la que se había enrollado un foco de 220 voltios, cuando la Ley prohíbe que pase de 24 voltios. Además, el cable del foco pasaba bajo el agua.

A pesar de quedar constatado que las instalaciones del Martín Freire presentaban serias deficiencias, la juez ponente del caso señala al jefe inmediato del fallecido como único responsable. "El acusado Esteban González no tomó las más elementales precauciones a la hora de proporcionar al mismo los elementos de seguridad personales y colectivos [...] ni demandó en momento alguno a la empresa para la que trabajaba o el Instituto Insular de Deportes la adquisición de los mismos con la finalidad de que fueran proporcionados a los trabajadores a cuyo frente se encontraba, ordenándoles la realización de tareas en unas condiciones de inseguridad que, unidas al lamentable estado de las instalaciones eléctricas, desembocaron en la muerte de Santana Andueza", asegura la sentencia.

En lo que se refiere a los otros tres acusados, para el juzgado "no consta acreditado" que tuvieran conocimiento del deficiente estado de las instalaciones eléctricas del Martín Freire ni de las tareas de mantenimiento que allí se realizaban.