Sin iluminación por la noche, sin asfalto en la carretera, sin vigilancia policial y sin una eficiente red de alcantarillado. Así viven los propietarios de los últimos pisos entregados en Ciudad del Campo hace ocho meses. Ni siquiera las cartas llegan a los buzones porque todavía esta parcela de la urbanización no existe para el Ayuntamiento.

Les prometieron que todo estaría listo a la semana de llegar, pero siguen esperando. Las diferencias entre el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, la promotora y la empresa encargada del asfaltado retrasan unos trabajos que deberían haber estado terminados antes de entregar estas viviendas que se dieron varios años después de lo acordado.

"Es una pena porque es un barrio nuevo para gente joven y lo único que obtenemos son trabas por todos lados", lamenta Armando Auyanet, que lleva viviendo en Ciudad del Campo desde agosto del año pasado. "Es un barrio sin ley. Las calles todavía están sin recepcionar por el Ayuntamiento y cada uno hace lo que quiere", protesta.

Al estar sin recepcionar, la Policía Local no puede actuar en esta zona, así que las llamadas denunciando coches mal aparcados no sirven de nada. La expedición de vados está denegada y los policías ni acuden ni sancionan ante incidencias cotidianas como aparcar encima de la acera o delante de los garajes.

Como carece de asfaltado esta fase de Ciudad del Campo, las aceras tienen entre 12 y 17 centímetros de altura, por lo que los vecinos han tenido que poner maderas para facilitar la entrada y salida de los vehículos. Además, las alcantarillas, que sobresalen de la carretera, no absorben con eficiencia. "Durante las últimas lluvias las alcantarillas no tragaron el agua y se creó un río de lodo que casi se lleva un coche por delante", recuerdan los vecinos.

Después de mucho insistir han conseguido que les pongan cinco contenedores de basura y por fin una guagua llega a la urbanización, aunque sólo a la primera rotonda. "Se han olvidado de nosotros porque somos lo que estamos más apartados", dice Eduardo Delgado, que lleva viviendo en Ciudad del Campo desde septiembre.