- ¿Parece que estaba abocado a trabajar en el Puerto por vínculo familiar pues han sido 34 años en La Luz?

- Pues sí. Yo empecé en la consignataria Juan Bordes Claverie, fundada por mi abuelo, al lado de mi padre (Armando Bordes Martín). Yo me encargaba de las labores de consignación y estiba de otras empresas a la que teníamos de clientes como Ybarra y Cía., que actuaba con Sudamérica; Marítima del Norte, que se dedicaba al transbordo de pescado; así como otra línea con Génova. Luego estaba la consignataria familiar, que llevaba unos barcos que hacían la línea Canarias a Península por el Mediterráneo.

- Luego fue gerente de la Compañía Estibadora de Las Palmas para entrar a finales de 1993 en la Autoridad Portuaria de Las Palma en donde ha desarrollado diferentes puestos de responsabilidad directiva.

- En la Autoridad Portuaria he trabajado en distintos departamentos. Desde Planificación Estratégica y Sociedades Participadas, Comercial a Explotación Portuaria y Servicios, que llevaba las tarifas de los servicios portuarios.

- ¿Con su conocimiento, cómo ve el desarrollo del Puerto en La Luz?

- Después de ver la crisis mundial que hay, de las pocas actividades que escapan de esta situación es el Puerto. Esto ha sido por la visión de futuro que han tenido todos los presidentes de la Autoridad Portuaria de las Palmas. Yo empecé a trabajar cuando estaba con José Manuel Hernández y fue una época en la hubo bastantes cambios. Luego vino la presidencia de Anastasio Travieso, que fue la etapa en la que más cambios hubo en el servicio portuario y en los estibadores.

- ¿Qué destacaría de la gestión portuaria que ha permitido situar al Puerto de Las Palmas en tan buena posición?

- Principalmente han sido dos los sectores fundamentales. El del transbordo de los contenedores nos ha puesto en una situación magnífica y el combustible nos ha colocado en primer nivel. La pesca también tuvo su auge pero por cuestiones no internas, sino de la política española y europea se ha caído. Ahora, por último, la irrupción de las plataformas petrolíferas son un negocio interesante. Ya no sólo para los talleres navales sino por su tripulación y las necesidades de avituallamiento.

- ¿Qué ve imprescindible para que el Puerto siga siendo tan competitivo?

- Lo que se debe definir ya es el traslado del tráfico interinsular de viajeros y que los barcos de Armas no se repartan en distintos muelles porque al final al pasajero lo vuelven loco y además ocupan espacios que re quieren otras actividades. Al llevarlo todo a La Esfinge se ahorra más tiempo en las travesías. Por otro lado, veo bien la visión del actual presidente, el director y de profesionales como Esteban del Nero, así que empresarios como Javier Esquivel, Germán Suárez o Antonio Armas sigan apostando por el Puerto y evolucionando sus negocios.

- ¿Se nota el crecimiento del comercio con el África Occidental?

- Siempre hemos tenido una lucha por tener una línea directa como fue la de Tarfaya pero desgraciadamente ocurrió el accidente. Parece que se vuelve con la idea y yo creo que con África todavía no hemos arrancado. El continente africano está ahí y lo vemos con el transbordo de contenedores, pero también hay mercado en el tráfico de mercancías y personas.

- ¿Qué le parece el proyecto de unir el Puerto con la ciudad?

- Creo que en la época de José Manuel Arnaiz con la Gran Marina fracasó el diálogo entre la Autoridad Portuaria de Las Palmas y Puertos del Estado. Se fue muy deprisa. Si Armas se va a La Esfinge toda esa zona habría que aprovecharla. La idea de acoger una marina de megayates con una zona de ocio ligado a la náutica es interesante.

- ¿Este premio es muy especial?

Es un orgullo para mí ya que mi padre obtuvo este mismo premio en 1993 en la primera edición y después de 19 años se lo dan a su hijo. Creo que no hay familias que tengan este reconocimiento.