Los centros educativos IES Mesa y López y CEIP Aguadulce fueron creados en el curso 1987/88 con el claro objetivo de dar respuesta a la gran demanda de escolarización que existía en una época de expansión educativa.

Al inicio de su andadura, en 1990, asistieron a un cambio de sistema que elevó la educación obligatoria de 14 a 16 años, y bajó las ratios de 40 a 30 alumnos por profesor. Hoy, ambos centros celebran su 25 aniversario en medio de una de las peores crisis del sistema educativo público, con recortes que amenazan con volver a la masificación de las aulas, la eliminación de ayudas y la destrucción de empleo, entre otras deficiencias.

En el caso del IES Mesa y López, en un principio estaba pensado para ser centro de BUP (Bachillerato Unificado Polivalente), pero finalmente, abrió sus puertas como centro de Formación Profesional, para desahogar al IES Politécnico. La demanda era tal, que el Mesa y López llegó a tener tres turnos completos en sus tres ramas Administrativa, Informática y Delineación.

"Las clases comenzaban a las 8.00 hasta las 23.00 horas, no se podía ubicar en el mismo horario ni una sola hora de la tarde o de la noche", indicó ayer el vicedirector del Centro. En 1993 comenzó a implantarse la ESO. Hoy en día tiene ESO, Bachiller y ciclos de Delineación, Comercio y Administración y Finanzas. Todos en horario de mañana. Su proyecto de ampliación (aprobado con dotación económica) se encuentra paralizado por los recortes, pero asumen el reto del espacio europeo educativo con compromiso y capacidad de lucha. "El IES Mesa y López está listo para afrontar los próximos 25 años", afirmó ayer su director Luis González.

En la clausura de los actos conmemorativos del 25 aniversario celebrada ayer, contaron como invitada con la presidenta de la Asociación de Empresarios Constructores y Promotores de Las Palmas (AECP ), María Salud Gil, que mandó a los alumnos un mensaje alto y claro: "nos equivocamos al pensar que sin formación tendríamos oportunidades. El sector de la construcción tiene futuro, pero queremos dignificarlo, a partir de ahora no se podrá trabajar en él si no están debidamente formados".

Por su parte, el CEIP Aguadulce lleva festejando sus bodas de plata desde el pasado 23 de abril. Ayer tuvieron un encuentro al que fueron invitados centenares de personas que han tenido o mantienen algún nexo con el centro. Una visita especial fue la protagonizada por el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Juan José Cardona, que hizo un recorrido por las instalaciones guiado por Águeda Marcos, la directora del colegio. Disfrutó de las diferentes exposiciones que han realizado los alumnos a lo largo de semanas.

El edificio que alberga el CEIP Aguadulce se construyó en 1901. Guarda mucha historia: ha sido una panadería, una industria mecánica, una fábrica de jabones y una cochera antes de convertirse en lo que es en la actualidad. Uno de los símbolos más emblemáticos es la torre de ladrillos que permanece en uno de sus patios. Fue renovada y hace referencia al uso pasado del centro como fábrica. Hoy en día la visitan personas discapacitadas que han creado un huerto en sus alrededores y trabajan por mantener limpia la zona.

Amalia Valerón acudió al acto. Era una de las profesoras en 1987 y durante más de diez años trabajó en el colegio. Afrontaba el encuentro con ilusión y nervios, "por si veo a alguien de aquella época", señala.

El guardián de bienes desde hace casi 20 años es Juan Mujica. A lo largo de su trayectoria ha velado por los alumnos que allí estudiaban. "Lo que siempre me ha preocupado han sido los niños", dice emocionado. Ha visto pasar a centenares de ellos por esas paredes y más adelante a los hijos de ellos. "Vi a la pelirroja, que es como mi hija. Una alumna de hace años que hoy me encontré de espaldas y la reconocí. La llamaba así de cariño", manifiesta Mujica.

El acto de clausura se vivió con sentimiento y tuvo su escenario en el patio central. La tarde contó con el acompañamiento de un coro y posteriormente disfrutaron de un tenderete.