La mesa técnica -integrada por miembros del Ayuntamiento, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Demarcación de Costas, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, Cabildo insular y Gobierno de Canarias- se reunió ayer para abordar el plan de acción ante la llegada masiva de aguavivas al litoral capitalino que se vive desde el pasado mes de abril. El Plan Medusas, del Ministerio de Medio Ambiente, servirá como base de trabajo para las actuaciones que lleven a cabo en la costa capitalina. Los técnicos tendrán en cuenta el conocimiento ya existente e implantarán una red de observadores para que suministren la información a la Universidad. Esta institución será quien la gestione y analice.

La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria anunció ayer la puesta en marcha de un Observatorio Marino con el fin de investigar y reunir datos para abordar el fenómeno de las aguavivas. Lo conformará un equipo integrado por miembros de distintas disciplinas, como Ciencias del Mar, Ingeniería Industrial y Telecomunicaciones.

La observación es una de las medidas que tendrá en cuenta el Ayuntamiento junto a la ULPGC y el resto de administraciones que forman la mesa técnica para abordar la arribazón de estos organismos. Plantean instaurar una red de observadores que involucre a agentes que están en contacto con el mar, como cooperativas de pescadores y asociaciones deportivas, entre otros, para que aporten información a la autoridad científica, es decir, la Universidad, que será quien la analice y la exprese de manera consensuada y unificada.

El Plan Medusas del Ministerio de Medio Ambiente, que se desarrolló entre 2007 y 2010 en la costa del Mar Mediterráneo para detectar las agregaciones de estos seres, será el punto de partida en el caso del litoral capitalino. La Corporación municipal apuntó su intención de recopilar la información existente relacionada con la problemática de las aguavivas para que guíen las actuaciones que ejecutarán en la costa grancanaria. "Prefiero que los expertos que han tenido estos problemas nos alumbren para llevar a cabo un método fiable, riguroso y contrastado; queremos tener en cuenta la información y el conocimiento que ya existen", señaló Mimi González, concejala de Ciudad de Mar.

Una de las hipótesis que barajan los expertos como factor que provoca la llegada masiva de estos organismos marinos a la orilla capitalina es la influencia de las corrientes oceánicas. "La circulación en el Archipiélago es más complicada que en otros sitios porque las propias islas generan perturbaciones hidrológicas que afectan a la dispersión de las medusas", dijo Javier Arístegui, director del Instituto Universitario de Oceanografía y Cambio Global de la ULPGC. Pero anticipar la llegada de estos seres al litoral no es sencillo. "Es difícil predecir a qué costa llegarán pero estamos trabajando con modelos de detección predictiva para saber las épocas más probables" de aparición de aguavivas, agregó Arístegui.

"Este ha sido un año particular en muchos sentidos ya que, por ejemplo, han aparecido muchos cetáceos en el sur de la Isla. La gente que sale con los barcos de recreo dice que en 40 años nunca habían visto tantos delfines, tiburones u orcas como hasta ahora", manifestó Javier Arístegui.

El problema, aunque en menor medida, persiste en la capital: el puesto de socorro de la Cícer izaba ayer la bandera amarilla y atendió a 17 personas.