"Este barrio es tercermundista, estamos completamente olvidados". De esta forma expresa María Teresa Suárez, presidenta de la asociación de vecinos, la desesperanza que reina en el pequeño barrio de Lomo de la Cruz, que carece de infraestructuras básicas y espera por proyectos paralizados desde hace décadas.

Los residentes de la zona, en las lomas del barranco Guiniguada, carecen de una vía de acceso completa, con sólo un tramo asfaltado, sin rampas para discapacitados en sus subidas de cientos de escalones ni parques infantiles para los niños. "Para ir a jugar, los más pequeños y sus madres deben ir a Casablanca III, a más de un kilómetro", asegura María Teresa, "y sólo en los 20 metros del tramo de mi calle hay ocho niños viviendo". Nuria, vecina del barrio afirma que los pequeños juegan en la calle. "Están todo el día en los solares, menos mal que esta zona no es peligrosa, porque no puedo desplazarme con los niños a Casablanca III todos los días, me es imposible", sostiene.

El barrio de Lomo de la Cruz cuenta con aproximadamente 500 habitantes que se enfrentan a estos problemas de movilidad diariamente, ya sean los niños para ir al colegio, o los adultos para coger la guagua o incluso comprar el periódico. Los vecinos llevan años pidiendo mejoras. El barrio acusa también la carencia de rampas adaptadas. "Personas mayores con problemas de movilidad se ven obligadas a subir escaleras de ciento y pico escalones cada día", afirma, María Teresa, "este barrio es todo lomas y laderas, no es sencillo vivir aquí en estas condiciones".

La prioridad para los residentes es que el Ayuntamiento acabe la carretera, que fue asfaltada solo en uno de los tres tramos. Insisten en que es una necesidad imperiosa. "Los vecinos de al menos una veintena de casas deben subir por un camino estrecho y de tierra para sencillamente coger la guagua o comprar el pan", explica María Teresa. Parte de el trayecto puede hacerse por una calzada pero las zonas más alejadas siguen aisladas.

El suelo para llevar a cabo estos accesos debe ser adquirido por el Ayuntamiento y han sido los propios vecinos quienes se han encargado de hacer el trámite con los propietarios del terreno por donde discurre el camino. Según María Teresa, estos dueños han cedido el terreno para la mejora del acceso pero el Ayuntamiento aún no ha movido un dedo para registrarlo. "Nosotros solo pedimos que se haga algo, estamos abandonados y no se nos escucha", sostiene la presidenta de la asociación de vecinos.

Otras de las necesidades que reclama María Teresa como portavoz vecinal es un local social. "Las reuniones de vecinos las organizamos en mi casa o en la plaza porque no tenemos dónde sentarnos". A pesar del interés de los vecinos para rescatar proyectos paralizados y buscar soluciones, las negociaciones con el Consistorio, aseguran, continúan estancadas.

"Se considera que somos un barrio del extrarradio pero no tenemos ni una plaza en condiciones" insiste un vecino de la zona. Varios vecinos se han visto en la necesidad de mudarse porque su salud o su edad les impedían el esfuerzo físico que la falta de infraestructuras les supone.