La multinacional Shell ha cerrado un acuerdo con la Zona Franca para instalar una base logística en La Luz, y atender así sus operaciones en el Golfo de Guinea, en donde en la actualidad trabajan casi medio centenar de plataformas petrolíferas y unos 300 barcos de asistencia. La firma gestionará, a través de un tercero, un gran almacén de tuberías destinadas a las necesidades de este mercado, además de asentarse con unas nuevas oficinas que refuerzan el peso del Puerto de la capital grancanaria en un sector en crecimiento en la zona.

Antonio Vera, delegado comercial de la Zona Franca, confirmó la llegada de Shell, tras un laborioso proceso de negociaciones, que comenzó a finales del año pasado. La compañía, finalmente, se decidió por La Luz para instalarse. Otros puertos africanos también trataron en este periodo de tiempo de captar la citada base, pero la multinacional, a través de las visitas de sus emisarios, resolvió que los servicios que tenía disponibles en Gran Canaria se ajustaban mejor a sus necesidades.

Así, Shell inició un proceso de licitación internacional, para que otras firmas ejercieran de subsidiarias y gestionaran su nuevo centro logístico. El procedimiento está a punto de firmarse con la empresa ganadora. Pero ya hay acuerdo: finalmente, Shell dispondrá de entre 400 y 500 metros cuadrados bajo techo, para sus oficinas, y unos 8.000 metros cuadrados para su almacén logístico. La ubicación concreta está, igualmente, a un paso de definirse, si bien se ha asegurado ya que las instalaciones se levantarán en el entorno del dique de La Esfinge, dentro del recinto de la Zona Franca, lo cual le garantiza al operador disfrutar de importantes exenciones fiscales.

En los últimos días se han iniciado los trámites para que la Autoridad Portuaria de Las Palmas conceda las autorizaciones temporales necesarias para que Shell pueda comenzar a actuar en La Luz, entre tanto se emprende el correspondiente proceso de concesión, que lleva unos plazos más largos. Y es que la intención de la multinacional es la de estar en funcionamiento en la capital grancanaria no más tarde de mediados de mayo. En todo caso, desde la dirección del Puerto se ha mostrado la predisposición de acelerar las gestiones para facilitar la entrada de la compañía en su recinto.

Antonio Vera manifestó, una vez confirmado el acuerdo, que "la llegada de Shell es muy importante para nosotros, por el efecto llamada que se puede generar con las operaciones de una empresa de este tipo en la Zona Franca y en La Luz". Su entidad fue la que comenzó las gestiones con la firma, en los últimos meses de 2012, en la línea de acción coordinada que mantiene con el Puerto, el Cabildo de Gran Canaria, el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y la Zona Especial Canaria. El objetivo de las administraciones y organismos locales es el de propiciar la internacionalización de la actividad comercial en la Isla, y en sus muelles. La aparición de grandes compañías se considera básica para consolidar esta estrategia.

Por otro lado, las intenciones de la multinacional Shell son las de cubrir las necesidades de un mercado en plena expansión, el que se ha desarrollado en el entorno del Golfo de Guinea. Allí operan plataformas y supplies (sus buques de asistencia), muchos de los cuales ya recalan en La Luz para pasar sus revisiones y afrontar reparaciones más importantes.

Los últimos movimientos de la Autoridad Portuaria, y de las principales empresas que integra, se han dirigido a la captación de las compañías que actúan en las costas africanas. Para ello, La Luz juega la baza de ser un enclave estratégico, por su ubicación geográfica, y su condición de puerto de la Unión Europea, con todas las garantías que impone la regulación comunitaria, y que suponen un extra de confianza para las flotas petroleras.

Shell pretende garantizarse un abasto de tuberías y canalizaciones suficiente para todos estos operadores. Otras multinacionales han jugado también la carta de Gran Canaria. Es el caso de Oryx, que levanta trece grandes depósitos de combustible en el entorno de La Esfinge, que es justo el que la dirección del Puerto está configurando para adaptarse a la flota del crudo.

Así, el Puerto ya prevé que, poco a poco, los depósitos ubicado en Sanapú, en donde se abrirá una nueva conexión con la trama urbana, se vayan desplazando al nuevo espacio libre que se irá generando en La Esfinge. Ya se han impulsado los proyectos necesarios para prolongar el dique en 400 metros de longitud, y luego proceder a su cerramiento. Antes del verano, de hecho, se contempla adjudicar la primera de estas obras.

Tanques y ´bunkering´

Una vez concluida, habrá espacio permanente para el atraque de dos grandes tanques, además de para un buque de pasajeros (el de Naviera Armas, que actualmente tiene aquí su línea de conexión con la isla de Tenerife). La Esfinge, en resumen, será el punto estratégico para atender a los petroleros, crecer en el denominado sector del bunkering (el almacenamiento de combustible) y reconvertir la actividad portuaria hacia un mercado que podría tener en los próximos diez años el doble de plataformas perforando en aguas del sur.

Todo este movimiento genera, igualmente, volumen de negocio para las distintas empresas instaladas en el Puerto. Es el caso de los astilleros, cada vez más especializados en las reparaciones de los petroleros, y de las subcontratas a las que recurren.

Estas flotas, además, llegan con un considerable número de especialistas a bordo para afrontar las tareas mecánicas, y orientar a los profesionales que trabajan en La Luz. La hostelería y la restauración también se benefician de su arribada, porque suelen permanecer largos periodos de tiempo en la ciudad. El asentamiento de Shell redunda en esta evolución del Puerto, que parece tener claro su plan de futuro. Ahora, otra multinacional le reafirma en sus intenciones.