La ruta marinera en el Muelle Deportivo, que comenzó a principios de agosto, no ha dado buenos resultados en los cuatro jueves que se ha celebrado. Los propietarios de los locales que participan no consideran que se trate de un fracaso, sino de una iniciativa que no ha empezado en el mejor mes. En agosto la mayoría de ciudadanos están de vacaciones, y creen que este es el motivo principal que influye negativamente. Aún así, esperan que acabe dando éxito cuando la gente vuelva del descanso estival y conozcan el proyecto. Por ahora, compararlo con la ruta de pinchos de Vegueta es algo imposible.

Una iniciativa similar a la ruta de los pinchos en Vegueta pero con diferencias significativas. Además de ir dirigida a un público distinto y de ofrecer otro tipo de comida, el éxito es algo que también las aleja en cuanto a similitudes compartidas. El casco antiguo se llena de asiduos de todas las edades que, cada jueves, acuden a los restaurantes y las calles de la zona para disfrutar de una buena velada de pinchos, cerveza y vino. En el Muelle Deportivo, sin embargo, son pocos los que asisten a esta cita marinera que los locales de la zona preparan para un público que apenas se hace ver.

Javier Roldán, gerente de Pier 19, explica que en estas noches, que pronostican la entrada del fin de semana, la cantidad de gente que hay es casi nula. Asegura que no hay mucha demanda, y que "respecto a la primera velada de esta iniciativa, hay más gente, pero no tiene que ver con la ruta marinera. La gente no se ha concienciado".

El cocinero del restaurante Marea Baja se pasó la tarde del jueves haciendo montaditos muy bien elaborados y presentados. Su objetivo era que esa noche los clientes acudieran a disfrutar de los pinchos, pero la bandeja quedó intacta. Según cuenta el empleado del local, Stephane Levrel, "no vino nadie. Cuando los clientes habituales que venían preguntaban qué era lo que había en la bandeja les decíamos que se lo comieran ellos. Es que no hay publicidad de esto, no hay promoción".

También hay una visión más positiva. Juan Cruz, propietario de Puerto Marina, considera que probablemente se trate de la ausencia de los grancanarios en la ciudad por estar en el mes en el que la gente sale de vacaciones: "El mes de agosto es bastante flojo. Aún así, se espera que en septiembre y octubre se llene y venga más gente. Estas ideas cuando se consolidan es cuando funcionan, y esto tiene que consolidarse. Es poco a poco, y hay que crear costumbre".

El restaurante Barabordo, por su parte, ha obtenido con este proyecto mejores resultados. "Está empezando a funcionar. Va despacito, pero va. La gente está empezando a preguntar, y en principio está teniendo éxito, lo que hay que darle tiempo", declara Miguel Alejandro Alcobia Bernuy, dueño del local. Explica que ha tomado la iniciativa de publicar en la cuenta de Facebook de su restaurante los pinchos que ofrecen, así como las tapas que también presentan, para promocionarlo y que la gente sepa que habrá y se interese por ello. "Nosotros, la verdad, hemos ido notando el aumento. El primer jueves la gente estaba más desubicada, pero empezó a venir gente a preguntar, a probarlo", añadió. Además, afirma, como otros propietarios, que "el mes de agosto es un mes malo, y no es el mejor mes para comprobar el éxito o no. La rentabilidad es algo que no se mide a corto plazo. Ahora lo bueno es que lo conozcan, que sepan que existe".

Por ahora, esta ruta no puede compararse con la exitosa del barrio de Vegueta. Si la idea ha sido buena o no, es algo que no puede comprobarse ahora. Mientras tanto, los clientes habituales seguirán llenando las sillas de los restaurantes del Muelle Deportivo. Y esta ruta, cuyo éxito es incierto, continuará navegando, sin rumbo, esperando llegar a buen puerto.