El bingo U. D. Las Palmas cerró el pasado mes de julio sus puertas, tras casi 30 años de actividad, debido a la reducción de clientes por la crisis económica. Manuel Padrón, responsable de la empresa que gestionaba el bingo no precisó la cifra de pérdidas que soportaba la sala, pero aseguró que el mantenimiento del negocio no se podía sostener más y decidió echar el cierre. Añadió que los ingresos no daban para hacer frente al pago del alquiler del local, situado en la calle Rafael Cabrera de la capital grancanaria, ni para pagar a los 27 empleados que tenía.

A juicio de Padrón, "el mundo del bingo está anquilosado y está sufriendo por un lado la crisis económica y, por otro, la elevada tributación" del Gobierno canario.

No obstante, el ejecutivo advirtió que las salas de juegos no son sostenibles, salvo que la administración baje la tributación, una reclamación que también lanzó hace unas semanas la Federación Empresarial Canaria de Ocio (Fecao), que afirmó que en menos de cuatro años han desaparecido unas 10.000 máquinas recreativas. El grupo Juan Padrón intenta reabrir el bingo a final de año, con la puesta en marcha de una nueva modalidad de cartón electrónico. No obstante, el empresario aclaró que este tipo de bingo está pendiente de que se modifique la legislación del juego. El bingo electrónico es como el tradicional, pero el jugador en vez de tener el cartón en la mano, lo ve en una pantalla de ordenador. El empresario mantiene otras seis salas de bingo en la capital grancanaria, de las cuales cuatro están participadas por el grupo Cirsa.