"Se acabó la desidia y actuar a golpe de titular. Este gobierno va a coger el toro por los cuernos y a partir de ahora va a empezar un control real de Emalsa que nunca existió". Con esta declaración de intenciones intentó el alcalde Augusto Hidalgo convencer al auditorio de que su voluntad de controlar a Emalsa es real, después de tres meses de descalificación del proceso de intervención, cuyo balance, repitió ayer, ha sido un "agujero" de 15 millones. El largo y cansino rifirrafe entre el socialista Hidalgo y el exalcalde popular Juan José Cardona sobre quien ha hecho menos -o más- a la hora de controlar los incumplimientos de Emalsa centró la sesión plenaria. Hidalgo reprochó a Cardona no haber hecho nada durante los 12 años que gobernó su partido y el exregidor le echó en cara a su sucesor y sus socios del tripartito el darle carpetazo al asunto para defender los intereses de los socios privados. "Si llego a saber que iban a convertir esta comparecencia para convertirla en una pelea entre el alcalde y el exalcalde, no la hubiera pedido", terció la edil de C's Beatriz Correas. Socialistas y populares también se echaron en cara las sucesivas subidas del IBI aprobadas por ambos en los dos últimos mandatos, que han propiciado un incremento de la presión fiscal de un 38,4% desde 2010 y el edil del PP Ángel Sabroso pidió que se bajen los impuestos a todos los vecinos y no sólo a los que tienen menos recursos, como pretende el tripartito, a través de ayudas. La moción popular fue rechazada. Sí hubo unanimidad en la aprobación de la resolución de un convenio de obras con el Cabildo, por el que el Ayuntamiento permite que se destine ocho millones a la finalización de la cuarta fase de la circunvalación.