Son un símbolo, los "pioneros" que ayudaron a consolidar la economía coreana tras la liberación, en 1945, de la ocupación japonesa, que duró 35 años. El país asiático, que celebra el 70º aniversario de su independencia, quiere agradecer su sacrificio a aquellos hombres "muertos en acto de servicio" a su patria. Para ello, ha lanzado una campaña de repatriación de las urnas a su población. Cuatro familias han solicitado que las autoridades les entreguen a sus seres queridos, que descansan, junto a otros 101 compatriotas en el Cementerio de San Lázaro de la capital grancanaria. Todos ellos fueron trabajadores de la pesca y ayer se les rindió el debido homenaje en un ambiente de emoción y respeto.
La mañana estaba nubosa y la delegación coreana fue más que puntual. Al pie de un monolito que recuerda a los fallecidos de la flota coreana, se depositaron distintas ofrendas a base de frutas, bebidas o pescado en salazón. Las banderas de Corea y España, ondeando juntas, y todo preparado para recuperar las urnas de los nichos. "El objetivo principal de este proyecto, que arrancó el año pasado, es homenajear a los pioneros que han levantado nuestro país con su esfuerzo", señaló Yeo Sangyeop, director del Departamento de Industria Oceánica del Ministerio de Asuntos Marítimos y Pesca. El miércoles 4 de noviembre se devolverán los restos de los pescadores a sus allegados en Seúl. "Otro lugar al que iremos para realizar la misma iniciativa es a Samoa", reveló el director de Industria Oceánica.
Antes de la hora prevista, comenzó el acto. En primer lugar, un saludo a la bandera, con música de fondo y en el que los miembros de la delegación y del Consulado mostraron su orgullo con la mano en el pecho. Después, un homenaje a los fallecidos con unos minutos de silencio. Más tarde, la presentación de los asistentes, entre los que, además de Yeo Sangyeop, se encontraban el director general de la Asociación de Pesca en Alta Mar (Korea Overseas Fisheries Association), Lee Sungjae y cuatro de los principales medios de comunicación de Corea. Además del cónsul general de la República de Corea en Canarias, Oh Dongil; el cónsul de Asuntos Marítimos y Pesca, Park Ingu; el presidente de la Comunidad Coreana, Lee Chunggu; y armadores del país asiático, entre otros invitados al acto.
En ese instante, se produjo uno de los momentos más emotivos, que fue la entrega de flores. Cada miembro de la comitiva ponía alguna en los distintos nichos que quedaron adornados de muchos colores.
El siguiente paso era decir los nombres de los homenajeados y ya extraer las urnas de los nichos. Un operario del cementerio fue abriendo las lápidas y Lee Chunggu iba diciendo cuál era la correcta de las que se guardan en las tumbas. Luego, con mimo, las limpiaba y las entregaba a Yeo Sangyeop que se encargaba de meterlas en una caja y envolverlas en una tela amarilla, como se hace tradicionalmente en Corea.
Una vez completado el proceso y tras unas fotos, la comitiva se llevó a sus compatriotas rumbo a casa. Cerca, una señora que iba a depositar flores en las tumbas de sus fallecidos se acercó a uno de los coreanos y le dijo: "Mi más sentido pésame". Él contestó con una sonrisa de esas que unen más que cualquier tratado internacional.
