Una falsa alarma de bomba detuvo ayer el tráfico en la zona de San Telmo. Durante casi dos horas, la Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria impidió el paso de vehículos por las calles Bravo Murillo, Muelle de Las Palmas y León y Castillo, tras ser hallado un maletín sospechoso bajo una papelera del parque. Al lugar se trasladaron también los componentes de la unidad Técnico Especialista en Desactivación de Artefactos Explosivos (Tedax) de la Policía Nacional quienes, después de analizar la valija abandonada frente al Palacio Militar, decidieron detonarla.

En torno a las 12.45 horas, los agentes de la Policía Local prohibieron el paso a vehículos y los miembros del Cuerpo Nacional de Policía acordonaron la zona por la que tampoco podían circular peatones. No obstante, los edificios de los alrededores no fueron desalojados. El motivo era un objeto oscuro que fue dejado junto a una bolsa blanca de plástico. Enseguida se accionó el protocolo y se pusieron en marcha las medidas de seguridad para los casos de avisos de bombas.

Los primeros en estudiar el maletín fueron los componentes de la unidad canina del cuerpo de seguridad estatal. Los perros, adiestrados para detectar la presencia de explosivos, no mostraron de entrada ningún comportamiento que alertase de la presencia de detonantes en el interior del maletín. Minutos después, los agentes del Tedax se preparaban para entrar en acción, ataviados con la indumentaria especial para este tipo de situaciones. Los especialistas, que también utilizaron el robot para la destactivación de explosivos, invirtieron muy poco tiempo en detonar el paquete sospechoso. De forma que todo quedó en una falsa alarma.

Sobre las tres de la tarde el tráfico volvió a restablecerse en la zona, después de que los agentes de la Policía Nacional retirasen los restos del maletín y, posteriormente, los cordones de seguridad repartidos por los alrededores. No obstante, durante las casi dos horas que estuvo prohibido el paso a los vehículos, se produjeron retenciones en la circulación que sufrieron aquellos conductores que pretendían acceder a esta área y a la parte alta de la ciudad.

Este incidente tuvo lugar en un momento en el que todo el país sigue bajo el nivel cuatro de alerta antiterrorista decretado hace semanas, tras el atentado que tuvo lugar el pasado 13 de noviembre en París y en el que perdieron la vida 137 personas. Tampoco es la primera vez que en la capital grancanaria se da un aviso de bomba. De hecho, dos días después del ataque terrorista en Francia, los artificieros de la Policía Nacional tuvieron que actuar en el barrio de Alcaravaneras después de ser alertados de la presencia de dos paquetes sospechosos. En aquella ocasión también se trató de una falsa alarma.