La Navidad a 24 grados se vive de otra manera. Y si no que se lo pregunten a Mia Drabble. Ataviada con un colorido bañador que contrasta con el tono enrarecido que provoca la calima en el cielo, la pequeña de seis años menea sus dos coletas mientras corretea por Las Canteras. "Ella quiere vivir aquí porque puede jugar al aire libre", cuenta divertida su madre, Alicia Magdalena Alemán poco antes de limpiarle la arena que tiene pegada en la cara. Y es que un día como el de ayer, en su Reino Unido natal, habría sido muy diferente no solo para ella, sino para toda la familia, que no habría podido almorzar los bocadillos de queso majorero que tanto les gusta ni combinar a la perfección la ropa de baño con el gorro de Papá Noel.

Pero estas no son las primeras navidades de Mia y de su hermano pequeño Ben en Las Palmas de Gran Canaria. Su abuelo Andrés Alemán Castellano se marchó hace 44 años a Londres, donde actualmente reside con su esposa Jane, pero es de la zona de Santa Catalina. "Trabajo como cerrajero y herrero", apostilla quien cada año hace las maletas por estas fechas para volver a su tierra. Y claro está, no lo hace solo. Junto al matrimonio vienen sus dos hijas, Alicia Magdalena y Annie y los respectivos maridos, Tony Drabble y Chris Fallis. Mia y Ben no se quedan tampoco en Inglaterra y eso Santa Claus lo sabe. De ahí que se haya venido hasta la capital grancanaria para dejarle bajo el árbol un "gato de juguete pequeñito que habla y un reloj", explica en inglés la niña que, a la hora de despedirse, no duda en decir con una gran sonrisa: "Adiós, feliz Navidad".

El espíritu navideño no solo estuvo ayer presente en la arena. A pesar de la temperatura que, en algunas partes del litoral alcanzó los 25 grados, según marcaban los termómetros, la marea no era la más idónea para zambullirse en el agua tal y como advertían las banderas amarillas y rojas repartidas por la playa. Hubo olas que lograron colarse en el paseo, donde a algunos les pilló de imprevisto y se volvieron a casa enchumbados. No obstante, aunque el trineo con los renos dejó tras de sí una capa de calima, Las Canteras volvió a convertirse en un punto de encuentro y celebración en el que no faltaron las comidas especiales ni los villancicos en muchos de los establecimientos de la zona.

En medio de ese ambiente animado y de contrastes, pasean entretenidos cuatro italianos que llaman la atención por los adornos acordes a la época que llevan. Antonio Azzerboni, de Bérgamo y Domenico Iovine, de Roma, se han decantado por el tradicional gorro de Santa Claus; mientras que Andrea Martini, natural de Verona, lleva colocadas las orejas de reno y Simone Vicentini, de Venecia, un original sombrero que emula a un árbol de Navidad. Si bien lo mejor de todo para ellos es el hecho de poder ir en mangas cortas en pleno diciembre.

"El día de hoy es una buena ocasión para compartir y juntarse con los amigos", apunta Martini. Y ellos lo van a aprovechar bien, ya que después de la visita a la playa capitalina, les espera una suculenta cena de tradición italiana preparada por el chef del grupo, Domenico, en la que no faltarán pescados como el salmón o el atún, el jamón serrano, la pasta o un entrecot con pera caramelizada, entre otros platos. "Y de postre un pandoro relleno de Nutella, con chocolate por encima". Y es que se trata de una fecha especial y hay que sentirse como en casa, aunque esta quede algo lejos. "Llevamos aquí tres meses, viviendo en Vecindario, donde estamos aprendiendo el idioma español", explica Andrea Martini, antes de proseguir.

Y de lo extranjero a lo autóctono. El belén de arena de Las Canteras fue también uno de los grandes reclamos ayer. Inaugurado a principios de diciembre, el nacimiento creado con 2.000 toneladas de sedimentos del propio litoral congregó a numerosos visitantes que no dudaron en hacer la cola para disfrutar de la obra de arte que preside el litoral capitalino. El niño Jesús, de unas dimensiones a tener en cuenta, fue el que más protagonismo cobró a la hora de las fotos y los selfis, ya que precisamente la noche anterior se conmemoró el 2015 aniversario de su llegada al mundo, tal como recoge la Biblia.