La viuda y las hijas de Carmelo Juan S. M. se han querellado contra el Hospital Universitario Doctor Negrín por una supuesta negligencia que causó la muerte de este vecino de la capital grancanaria en una operación de urgencia. La víctima, de 70 años, recibió una inyección de "potasio en vena" que le provocó una parada cardiorrespiratoria, con unos daños cerebrales por la falta de oxígeno de los que el paciente no pudo recuperarse tras la intervención.
Esa, al menos, es la conclusión principal de la querella, que ha sido admitida por el Juzgado de Instrucción número 3 de la capital grancanaria y se encuentra en tramitación. Hay varios investigados por imprudencia profesional grave con resultado de muerte, entre ellos el anestesista que intervino en la operación y el Servicio Canario de Salud (SCS), este último como responsable civil subsidiario, aunque por el momento no se han tomado declaraciones porque el juez está recabando la historia médica del paciente y otras pruebas documentales. Luego, lo habitual es que el Juzgado pida un informe al Instituto de Medicina Legal de Las Palmas (IML) para que los médicos forenses determinen si existe o no un error médico en el tratamiento aplicado.
La familia del fallecido, con los datos obtenidos hasta el momento, entiende que sí hay indicios de negligencia médica. Carmelo Juan S. M. ingresó en Urgencias el día 13 de junio de 2014, con un "leve hematoma" al caerse en la bañera, pero no se le trató con la diligencia debida y hubo que intervenirlo con inmediatez para contener la expansión del coágulo. Fue en esa operación, según la querella, cuando se le inyecta potasio en vena y sufre una parada respiratoria con anoxia cerebral "por más de 20 minutos". Finalmente, tras una serie de desatenciones y de errores, se produce su fallecimiento el día 5 de julio de 2014.
Despiste de la enfermera
La familia recalca que se mantuvo al paciente durante muchas horas en la operación y, al salir del quirófano, los sanitarios comunican que ha ocurrido algo "gravísimo". Según la querella, durante la intervención quirúrgica se dio la orden a una enfermera para que suministra potasio al paciente, pero "por un despiste" se le puso en vena y no diluido en el suero. Eso desencadenó la parada cardiorrespiratoria y la falta de oxígeno en el cerebro.
Carmelo Juan S. M. "salió vivo artificialmente" del quirófano. Se le inyectaron grandes cantidades de adrenalina y se le implantó un marcapasos, pero no reaccionaba a ningún estímulo y "no tenía posibilidad alguna de recuperación".
Además, añaden los denunciantes, no se le debió inyectar potasio en el quirófano, ni en vena ni mezclado con suero, pues el traumatismo craneoencefálico y el trombo desaconsejaban ese tratamiento.
La familia cree que la mala atención que recibió el paciente comenzó el mismo día de su ingreso. Entró en Urgencias con un hematoma cerebral, pero al día siguiente pasó a planta y se le hizo un TAC. Por la mañana se despierta sofocado, con pérdida del habla, y deciden operarlo ante la gravedad de su estado.
Por todo ello consideran que se han omitido los controles radiológicos, de diagnóstico de imagen y analíticos para valorar la evolución del hematoma cerebral, sin que se le aplicase tratamiento alguno para corregirlo.
Esa desatención médica al ingresar en el Negrín, unida al supuesto error del potasio, causó la muerte de Carmelo Juan S. M., según relata en la querella el abogado que representa a la viuda e hijas del fallecido. Todo tras una caída en la bañera que le causó un hematoma "leve".
