Antonio Cacereño Díaz, expresidente de Cruz Roja en Las Palmas de Gran Canaria, falleció la madrugada de ayer en el Hospital General de Gran Canaria Doctor Negrín, a los 78 años de edad. El extremeño, afincado en Gran Canaria desde muy corta edad, estudió en el Viera y Clavijo y recorrió la Isla con el Frente de Juventudes.

Antonio Cacereño Díaz nació en La Garrovilla, Badajoz, el 4 de mayo de 1937. A comienzos de la década de los años 40 llegó con sus padres, Andrés e Isidora, a Gran Canaria. De niño vivió en Guía, donde se crio, para luego trasladarse a la capital granca- naria. Residió en La Isleta, en Schamann, en Las Rehoyas, en la urbanización Sansofé y en Las Canteras.

Comenzó su carrera profesional de practicante en el Hospital San Martín, en Las Palmas de Gran Canaria, tras culminar sus estudios en Cádiz. Posterior- mente trabajó en la Clínica Bandama, en el Hospital Psiquiátri- co, en el Ambulatorio de Especialidades de Juan XXIII y en el Hospital General de Gran Canaria Doctor Negrín.

Para entonces, su oficio se había convertido en el de Ayudante Técnico Sanitario (ATS) y su especialidad, la de las curas en Traumatología. Durante casi toda su vida profesional atendió a domi-cilio y en un pequeño despacho del parque Hermanos Millares, en la avenida de Escaleritas, además de trabajar en el hotel Reina Isabel y la Federación de Fútbol de Las Palmas.

En el Sahara ejerció durante dos años como sanitario de una compañía internacional que realizaba exploraciones mineras.

Antonio Cacereño Díaz contribuyó a impulsar el desarrollo del Colegio de Practicantes de Las Palmas y fue presidente de Cruz Roja en Las Palmas de Gran Canaria, entre otras tareas que desempeñó en esa casa, a la que entregó media vida como voluntario. Ayudó a democratizar la institución y formó parte de los equipos de trabajo que llevaron al canario Juan Manuel Suárez del Toro a la presidencia nacional, primero, y mundial, luego, de Cruz Roja. Tras su jubilación se implicó en el día a día del Real Club Victoria.

La familia recibió ayer numerosas muestras de cariño durante el velatorio que tuvo lugar en el Tanatorio San Miguel.