La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La historia de Miller sigue viva

La hija de un empleado de Tomás Miller conserva desde hace décadas un retrato - Una noticia le ayudó a corroborar que es del empresario

Retrato de Tomás Miller que conserva María del Carmen Domínguez. LP / DLP

María del Carmen Domínguez Almeida guardó un retrato en su casa como oro en paño. Sabía que era de una persona importante. Intuía que era el de Tomás Miller Wilson, para quien durante años trabajo su padre, el también comerciante Antonio Domínguez Navarro. Esa intuición se convirtió en afirmación el pasado jueves, 17 de marzo, cuando leyó en LA PROVINCIA / DLP la noticia que informaba de que el Instituto Tomás Miller iba a cambiar de nombre por el de Jerónimo Saavedra. Aquel día apreció que al artículo le acompañaba una ilustración del empresario que hasta entonces tenía el honor de poner nombre al centro educativo. "Cuando lo vi ya supe que tenía razón", dice mientras sujeta el marco que decora la imagen. La fotografía que durante tanto tiempo conservó era la de esa personalidad que tanta importancia tuvo para la ciudad y el Puerto a finales del siglo XIX y principios del XX.

Domínguez cuenta que su progenitor le tenía mucho aprecio a "don Tomás Miller", como lo llama. "Mi padre tenía mucho respeto a esa foto", comenta. "Decía que era muy buena persona, que le tenía cariño y respeto; por eso tenía la foto, porque don Tomas Miller se la dio", agrega. Y la guardó. Antonio Domínguez la archivó como si fuera la imagen de un familiar suyo, aunque lo que realmente tenía protegido en un armario del siglo XIX era la imagen del que fue su jefe durante más de una década en el comercial que los Miller tenían en el número 46 de la calle Mayor de Triana, donde trabajó de contable.

La muerte en 1930 del empresario de origen escocés abrió el camino a Antonio Domínguez para empezar sus propios negocios de mercería. Lo hizo al lado de donde se había fraguado como profesional en el mundo del comercio, en el número 44 de la misma calle, donde permaneció durante décadas hasta que finalmente decidieron vender el edificio allá por la década de los sesenta del siglo pasado.

Domínguez Almeida califica el cambio de denominación del instituto como una decisión "fatal". "Los Miller hicieron mucho por Canarias, el propio parque de Santa Catalina está ahí por la familia de los Miller, el edificio que lleva su nombre, el Puerto empezó con esta familia", recalca esta perito mercantil, quien atesora una gran cantidad de documentos antiguos como facturas con el membrete de los Miller.

Ahora, María del Carmen Domínguez, a sus 84 años, conserva la fotografía de Tomás Miller en sepia, que muestra ya manchas que delatan que han pasado décadas desde que se tomó, en su despacho de la calle General Vives de Las Palmas de Gran Canaria. A los pies del retrato ha colocado el recorte de la biografía del empresario publicado por este periódico aquel día. "Quiero que mis nietos [dos chicos de 19 y 16 años] sepan quien fue don Tomás Miller", reseña. Quiere, en definitiva, que su historia se mantenga viva.

Compartir el artículo

stats