La Provincia - Diario de Las Palmas

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En forma urbana

En forma urbana

El itinerario urbano de corte puramente patrimonial puede resultar tedioso, amén de banal. Cabe recordar a este respe cto a aquel célebre pensador que, al analizar una guía turística sobre la España de los años sesenta, la Guía Azul, dice que "la selección de los monumentos suprime la realidad de las tierras y la de los hombres, no testimonia nada del presente, es decir histórico; por eso, el monumento se vuelve indescifrable, por lo tanto estúpido". Con todo, son mayoría los turistas, y es de temer que muchos los nativos, que cuando emprenden un paseo para ver "lo que hay que ver" de Las Palmas limitan sus pasos al circuito de los edificios antiguos de Vegueta -construcciones de valor incalculable, por descontado- y obvian otras partes construidas de la urbe, como si hubiese algo en la ciudad que no fuese carne del ahora.

Situado junto a una pared medianera, en un solar sobre el que un día se erigió una vivienda, así lo delatan las huellas de las escaleras y otras marcas, el gimnasio es algo más que un gesto de amueblamiento urbano, como los que hay esparcidos por la Avenida Marítima y otros partes de la ciudad. Este modesto gimnasio construye espacio sin paredes.

Sin vallas, ni ningún otro obs- táculo que impida el acceso, éste es un recinto que su dueño ha dotado de aparatos para hacer ejercicio físico, y que, aparentemente, pone a disposición de la ciudadanía en general. Un par de visitas fugaces a este lugar, hacen pensar que estamos ante un raro acto de generosidad de un particular que hace de su espacio privado un trasunto interesante de espacio público, en una ciudad, Las Palmas, escasa de espacios públicos interesantes.

La impresión es reforzada por el hecho de que, pese a estar sobreexpuesto en un lugar con escasa vigilancia policial, los bancos de abdominales, la bicicleta elíptica, la multiestación y otros artefactos para ejercitarse en la musculación y la flexibilidad, no parecen haber sido objeto de actos vandálicos. Es verdad que las colchonetas están bastante castigadas, pero eso es algo achacable sólo a las inclemencias del tiempo.

La disposición de todos estos elementos acredita que su propietario vela porque este gimnasio desconcertante mantenga una imagen cuidada. Lo mismo que las dos sillas emplazadas en la esquina junto a la calle empinada, que sirven lo mismo para contemplar a un deportista mientras se machaca que para atarse los cordones de las playeras.

La primera vez que visitó este lugar, el periodista pudo observar que la pared medianera estaba cubierta con un gran cartel de la Unión Deportiva que le daba un plus de chispa al lugar. Esta imagen promocional ya no existe -señor propietario, estimado conciudadano, si por casualidad llega a leer estas líneas, este reportero le ruega que reconsidere su recuperación-. En la segunda visita, el periodista observó que la pared había sido pintada de blanco, lo que demuestra que aquí puede que falten otras cosas -quizá una máquina expendedora de bebidas isotónicas- pero si algo sobra es mimo.

Por lo demás, como elemento relacional, este extraño espacio constituye un gozne informal pero poderoso entre dos barrios muy distintos de la ciudad. Por un lado el Risco de San Antonio, al que pertenece, un risco que no tiene el aura histórica que tienen San Nicolás, San Juan o San Roque pero que forma parte del ADN de Las Palmas. Un conjunto de viviendas tradicionales dispuestas en una pendiente cuyo ascenso a pie, esforzado para las piernas no entrenadas, hace más grato el encuentro con el gimnasio. Por otro, al otro lado de la calle Rosario Manrique, las viviendas de trazas contemporáneas de El Polvorín, construidas por el arquitecto Manuel Feo, una edificación que contrasta vivamente con el vecino risco.

Forma urbana. Desde hace siglos los pensadores de la ciudad se estrujan la cabeza para determinar cuál es la mejor manera de organizar físicamente los elementos de la urbe. Tramas, manzanas, espacios libres, calles, cruces, edificios? El reto es lograr la mejor configuración y relación de las partes con el todo y entre sí. Naturalmente, en esta cuestión concurren todas las escalas, desde la vista área hasta las pequeñas intervenciones. Tan pequeñas como este peculiar gimnasio privado-público del Risco de San Antonio, que invita a sentirse en forma. En forma corporal y en forma urbana.

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