Cruz Roja Española envía 297 viviendas progresivas -módulos portátiles con una zona de dormitorio y otra de descanso- a Ecuador para responder a las necesidades de alojamiento y vivienda de más de 1.500 personas afectadas, que lo han perdido todo y que no pueden volver a sus domicilios porque están totalmente destruidos o seriamente dañados a causa del seísmo del pasado 16 de abril y sus posteriores réplicas. 150 de esas viviendas salen desde los almacenes que el Centro de Cooperación con África de Cruz Roja Española tiene en el Puerto de la Luz en la capital grancanaria.

Cruz Roja Española está colaborando estrechamente con la Cruz Roja Ecuatoriana desde el primer momento tras el terremoto y cuenta con un equipo de nueve delegados en Ecuador, entre los que se encuentran personas expertas en agua y saneamiento, evaluación de daños, construcción, comunicación y recuperación de los medios de vida.

La operación de Cruz Roja Española por el terremoto de Ecuador se prolongará durante los próximos meses y mantendrá tres líneas de actuación: facilitar un lugar seguro donde vivir para las personas más afectadas por el terremoto a través del envío y montaje de alojamientos temporales progresivos, asegurar el agua, el saneamiento y la promoción de la higiene en las comunidades más afectadas y promover la recuperación de los medios de vida de las personas que lo han perdido todo a causa del terremoto.

Las viviendas progresivas llegarán al país en los próximos meses y ya han sido utilizadas por Cruz Roja Española en otras emergencias, como el tsunami en el Sur de Asia o tras el terremoto en Haití. Un ejemplo de este tipo de vivienda, completamente montado, puede visitarse en la propia sede del Centro de Cooperación con África.

Cruz Roja Española ha respondido a la emergencia desde los primeros momentos tras el seísmo, enviando materiales de ayuda humanitaria básica como 3.800 mantas y 450 toldos plásticos en un avión fletado por la AECID, así como fondos de emergencia para contribuir en las labores de rescate y colaborar ante necesidades más inmediatas.

Por otro lado, más de 1.600 voluntarios y personal de la Cruz Roja Ecuatoriana han llevado a cabo, desde el primer momento, operaciones de búsqueda, rescate y evacuación en las comunidades afectadas, además de brindar servicios de ambulancia, primeros auxilios y atención sanitaria y psicosocial tras la emergencia.

Fase de recuperación

Un mes después de que un seísmo de 7,8 grados en la escala de Richter asolara Ecuador, el país entra en su fase de recuperación tras semanas de emergencia y alerta. El gobierno ha creado el Comité de Reconstrucción para reactivar la economía y gestionar la reconstrucción de las zonas afectadas, principalmente, Pedernales, Manta y Portoviejo, en la provincia de Manabí.

Las familias desplazadas que no están en refugios oficiales siguen necesitando ayuda humanitaria. 660 personas han perdido la vida durante el terremoto, y quince personas siguen desaparecidas.

Según fuentes oficiales, casi 200.000 personas han recibido asistencia médica (4.605 personas fueron atendidos en las primeras 72 horas de la emergen-cia). La población desplazada en los campamentos se ha elevado a 28.911. En este momento, hay 281 puntos identificados como refugios (51 refugios oficiales y 230 en campamentos temporales o espontáneos).

Finalmente, alrededor de 7.000 edificios han resultado totalmente destruidos, y también, 560 escuelas se han visto afectadas, de las cuales 166 han resultado gravemente dañadas. En estos momentos, las acciones fundamentales siguen siendo la distribución de ayuda humanitaria, la provisión de agua potable, la asistencia médica, la distribución de materiales para albergue temporal y la asistencia alimentaria.

Cruz Roja Española se movilizó para apoyar a la Cruz Roja Ecuatoriana y a la población afectada por el terremoto desde las primeras horas tras el desastre dado que tiene una Delegación permanente en el país compuesta por tres delegados. El conjunto de la operación de apoyo a la Cruz Roja Ecuatoriana prevé realizar acciones en al menos 3 líneas de trabajo: alojamiento temporal; agua, saneamiento y promoción de la higiene; y medios de vida.

Para reforzar el equipo, en las primeras 48 horas tras el terremoto, un delegado se desplazó desde Colombia para apoyar en las tareas de identificación y formulación de proyectos. Durante este tiempo, se han empezado a identificar las familias que se beneficiarán del proyecto de alojamientos progresivos así como el terreno en el que se ubicarán.