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Urbanismo quiere rebajar la protección del 90 por ciento de los inmuebles de Perojo

Los técnicos inician la revisión del plan especial de la zona - Doreste asegura que el objetivo es descatalogar aquellos edificios que carecen de valores para ello

La Concejalía de Urbanismo acaba de iniciar la revisión de los 175 edificios protegidos de la calle Perojo y su entorno, con el objetivo de rebajar la protección del 90% de los inmuebles, al considerar que muchos de ellos carecen de valores históricos o arquitectónicos relevantes para ser conservados, salvo sus fachadas. Como se ha hecho con el Plan Especial de Protección de Vegueta y Triana (PEP), pendiente de aprobación, se trata de adaptar la catalogación de la zona a la realidad actual, mediante una protección activa que flexibilice o elimine las trabas burocráticas que dificultan su rehabilitación o adaptación a otros usos no residenciales. Así, se descatalogarán edificios en aquellos casos en los que no esté justificada su protección y, por el contrario, se catalogarán otros que están ahora desprotegidos.

"Entendemos", considera el concejal de Urbanismo, Javier Doreste, "que el grado de protección es excesivo en el 90% de las casas que están catalogadas" en el entorno de Perojo y en algunos casos pasarán de la protección integral a la ambiental o a la parcial".

Los vecinos de las calles incluidas en el ámbito del plan especial de Perojo comenzaron a recibir el pasado mes de abril circulares de la Concejalía de Urbanismo en las que se les solicita permiso para que los técnicos entren en sus viviendas a evaluar si la protección que tienen en la actualidad se corresponde con la establecida en la Ley del Patrimonio Histórico de Canarias.

El chequeo se llevará a cabo en los edificios incluidos en el catálogo de protección municipal de las calles Cebrián, Canalejas, Núñez de la Peña, Pedro de Vera, Doctor Waskmann, General Martínez Anido, Senador Castillo Olivares, Tomás de Iriarte, plaza del Padre Hilario, Colmenares y Bravo Murillo, entre otras. En total son 175 edificaciones a las que la adaptación del Plan General de Ordenación mantuvo la catalogación en 2012, tras haber anulado el juez el plan especial de Perojo y su entorno. Los técnicos chequearán, uno por uno, todos aquellos edificios que están protegidos y también los no catalogados que se considere que merecen algún tipo de conservación. El ámbito del plan de Perojo se extiende desde Jerónimo Falcón a Bravo Murillo y desde León y Castillo hasta el paseo de Chil.

Limbo

La revisión del catálogo de protección del entorno de Perojo (API-02) ha sido encomendado por Urbanismo a la empresa municipal Geursa, que ahora tiene cinco meses de plazo para elaborar un nuevo plan especial y cuenta con un presupuesto de 54.901 euros y un plazo de cinco meses para efectuar los trabajos.

Javier Doreste advierte que Perojo y su entorno se encuentra nen una "especie de limbo" después de que el Cabildo de Gran Canaria incoara una expediente hace varios años para declararlo Bien de Interés Cultural (BIC), con la categoría de conjunto histórico. Todo ello, añade, está provocando numerosos trastornos a los vecinos de estos inmuebles, incluso cuando quieren abordar pequeñas reformas como poner una escalera o instalar una oficina. El nuevo plan, aclara el concejal, intenta acabar con estas trabas burocráticas.

"Queremos revisar todos los edificios", explica, "porque puede haber criterios de interpretación distintos en torno a los valores que llevaron en su día a catalogar los edificios" y otorgarles los diferentes grados de protección.

"Se trata de hacer lo mismo en Perojo que en Vegueta y Triana", es decir, revisar la catalogación y simplificar los trámites a los vecinos, señala Doreste, quien añade que de la misma forma que se eliminará la protección integral que tienen algunas de las viviendas también se realizará un estudio de otros inmuebles que no están protegidos y merecerían estarlo por haber conservado valores arquitectónicos o históricos para ello. "Hay edificios que tendrían que estar catalogados y no lo están", sostiene el edil, por lo que se incluirán en el plan especial nuevo. La rebaja en la protección facilitará, por ejemplo, la instalación de un ascensor. Doreste calcula que se tardará un año en la revisión del plan y su aprobación definitiva.

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