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La limpieza de un barco saca a la luz un cañón del siglo XVIII hundido en la bahía

Dos buzos hallan la pieza a 20 metros de profundidad frente al Muelle Deportivo - Los técnicos del Cabildo analizarán el hallazgo para datar su procedencia

Los trabajadores de J. L. Samper, con su director, José Luis Samper, a la derecha, junto al cañón hallado, ayer. LP / DLP

Buzos de la empresa de trabajos subacuáticos J. L. Samper descubrieron el pasado sábado un cañón de 1,13 metros de longitud en el fondo marino de la bahía de la capital grancanaria que, se estima, fue construido en las segunda mitad del siglo XVIII. Los técnicos del Cabildo de Gran Canaria acuden hoy a la sede de la compañía para analizar la pieza, que ya han visto a través de fotografías y creen que se trata de una carronada que utilizaron buques de las armadas británica y española a partir de 1770.

Los submarinistas Gersam Expósito Hernández y Borja Hernández Artíles se llevaron una soberana sorpresa la noche del pasado sábado. Sobre las 21.00 horas, ambos se encontraban limpiando el casco del carguero Myrmiron a unos 800 metros del Muelle Deportivo cuando uno de los cables quedó atrapado en el fondo marino. Gersam fue el encargado de bajar a las profundidades para liberarlo. Cuando se hallaba a 20 metros por debajo del mar se topó con lo que parecía un antiguo cañón.

Ante la imposibilidad de dejar referenciado el lugar exacto en el que se situaba, decidieron que lo mejor era izarlo con la mayor delicadeza posible. Así lo hicieron, transportándolo primero hasta un barco y después a la nave que J. L. Samper tiene en la explanada Tomás Quevedo del Puerto de La Luz, donde ha quedado almacenado a la espera de que el Gobierno de Canarias, el organismo competente en la materia de Patrimonio Arqueológico, decida retirarlo.

Mientras tanto, el departamento de Patrimonio Histórico del Cabildo comenzará hoy el análisis del cañón, del que en un principio se cree que data de aproximadamente la segunda mitad del siglo XVIII, como detalló ayer el doctor en Historia y técnico superior de la institución insular, Javier Velasco.

"Lo que haremos será determinar primero si se trata de un resto arqueológico", que, según las primeras imágenes a la que han tenido acceso, todo apunta a ello; para después "ver su estado y las condiciones de conservación que se le tienen que aplicar".

Velasco comentó que existe la posibilidad de conocer el barco al que pertenecía la pieza ya que los cañones suelen contar con un registro, aunque recalcó que hasta que se haga un análisis más exhaustivo no podrán determinar fielmente su procedencia ni el año exacto de su fabricación.

Sobre el cuidado del cañón, el doctor en Historia explicó que este tipo de objetos, tras ser rescatado del agua, "empieza un curso de deterioro muy acelerado, por lo que necesita un periodo de desalinación". Asimismo, sobre el hallazgo, el doctor en Historia aseguró que es "normal" que en esa zona existan restos de antiguos navíos, aunque esto no quiere decir que en ese punto haya un pecio ya que, como recalcó, pudo ser tirado desde la cubierta.

Velasco señaló que la bahía de la capital grancanaria era el lugar escogido por todos los barcos que llegaban a la Isla para fondear frente al antiguo muelle de Las Palmas, situado a la altura de la actual estación de guaguas de San Telmo. No obstante, durante el verano de 2007 se realizaron una serie de trabajos arqueológicos en esta zona de la costa antes de la construcción del dique sur del Puerto.

En estas tareas se encontraron numerosos vestigios históricos, entre ellos al menos un pecio, hallándose además objetos de cerámica como botijas. Esto provocó que la infraestructura tuviera que ser trasladada unos metros para así conservar este yacimiento submarino, que es considerado como uno de los más importantes de la Isla junto al pecio que se encuentran en la playa galdense del Agujero, como se destaca en el número 6 del Boletín de Patrimonio Histórico del Cabildo.

Sobre el tipo de pieza hallado, Velasco indicó que piensan que se trata de una carronada, que está compuesto por un cañón corto de gran calibre. Este artefacto se empezó a construir a partir del año 1778 en la compañía Carron Iron Froundig and Shipping Company de la ciudad de Falkirk de Escocia, situada cerca del Río Carrión que le da nombre. Entre los buques que contaron con estas armas estaba el Santa Ana de la Real Armada, que lo probó por primera vez en 1785, como se recalca en la web especializada en historia naval www.todoababor.es.

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