Seis agentes de Movilidad denuncian que no se están cubriendo las bajas a pesar de la existencia de una bolsa de trabajo. Se trata del grupo de nueve personas que aprobó las oposiciones que tuvieron lugar en 2014 y que, tras tener que abandonar sus anteriores puestos de trabajo para acabar su formación en la academia, no obtuvo plaza fija tal y como aseguran que el anterior gobierno les había prometido. Más de un año después sin que esto se haya cumplido, piden al tripartito que les dé una solución, al tratarse de "un proyecto municipal". Algo con lo que difiere la directora general de Presidencia y Seguridad Ciudadana, Eulalia Guerra, quien recalcó ayer que la corporación que dirige Augusto Hidalgo "no tiene ningún compromiso por escrito de contrato, ya que todos entraron en la lista de reserva de forma voluntaria".
Manuel Campos, Iván Vega, Juan Manuel Álamo, David Robaina, Saulo Batista y Cristina del Pino Santana se presentaron a las oposiciones cuyas bases se publicaron en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) a finales de 2013. Tras someterse a varias pruebas en las que tuvieron que superar exámenes de tipo teóricos, psicotécnico, de conducción de moto y ortográfico, lograron formar parte de los 50 de 100 aspirantes que entraron a formarse a la academia.
"Nos avisaron un miércoles de que el viernes de esa semana empezábamos un curso de un mes, en horario partido, al que no podíamos faltar porque asistir era un requisito imprescindible para acceder a las plazas", explican. Asimismo, tuvieron que firmar un contrato de incompatibilidad laboral bajo la seguridad de que ninguno quedaría fuera del servicio. "Nos dijeron que el Ayuntamiento iba a gastarse dinero en formarnos y en uniformes para nada", coinciden en sus versiones. De forma que, ante semejante garantía y dados los requisitos que se les pedía, todos dejaron los empleos que tenían en aquel momento. Juan Manuel Álamo, padre de un hijo, abandonó el trabajo en el que llevaba 20 años. Campos tuvo que dejar los cuidados de su vástago de ocho años y con parálisis cerebral al que se dedicaba a tiempo completo, en pos de un empleo que les daría una estabilidad económica para afrontar sus tratamientos. Alguno en paro llegó a rechazar ofertas de trabajo que les salieron para ese tiempo.
La sorpresa de todos ellos, llegó el día antes de la que iba a ser su toma de posesión en el cargo cuando les llamaron para decirles que no se presentasen porque a ellos nueve les iban a llamar a lo largo del año. Nunca fue así, ni si quiera con el nuevo gobierno con quien se pusieron en contacto nada más llegar al Ayuntamiento.
Hasta en tres ocasiones han mandado un escrito solicitando una reunión con el alcalde que todavía no les ha contestado. Si bien tienen prevista una con Javier Doreste, concejal de Urbanismo para el próximo lunes. En él, por su pertenencia a Las Palmas Puede, Álamo tiene depositada su confianza después de no haber obtenido apoyo efectivo de otros ediles. Entre ellos están Pedro Quevedo o Mario Regidor, quien les aseguró que era viable para el Consistorio si bien era Encarna Galván de quien dependía la contratación y quien no accedió a reunirse con ellos, relatan. Pero según Eulalia Guerra, es su palabra contra la de la actual corporación que, según insiste, no es la que les ha engañado. Y es que Guerra fue la que no hace mucho les dio una respuesta con la que los agentes de Movilidad manifiestan no estar de acuerdo. "Nos dijo que no íbamos a entrar porque ella prefería a los policías locales y que esto era un invento del Partido Popular al que no iba a dar continuidad", recuerda Manuel Campos.
La directora general ratifica esta postura asegurando que el cuerpo de seguridad local cuenta con mayores competencias y en relación a esto la diferencia de gasto no es tanta. Asimismo, asevera con firmeza que "el Ayuntamiento no tiene ningún compromiso por escrito de contratación" y que la lista de reserva, "a la que ellos accedieron voluntariamente", se moverá en caso de que exista necesidad. "No puedo decir que no vayan a entrar, pero de momento no se ha dado el caso y a nivel interno el cuerpo no ha considerado necesario llamarles para cubrir bajas pequeñas por enfermedad". En lo que al punto de vista humano se refiere, y dado a que varios de los afectados siguen en paro, Guerra confesó lamentar su situación, al igual que lamenta "la de otros desempleados". También les recomienda que aprovechen su formación para presentarse a las próximas oposiciones para la Policía Local, si bien aclara que es una decisión de cada uno.
En un último intento por agotar la vía diplomática, estos seis agentes d Movilidad acudirán hoy a la comisión de pleno en la que se abordará el tema. "Contamos con el apoyo de la oposición", explican a sabiendas de que el que necesitan es el del tripartito. De no lograr una solución pronto, no descartan acudir a los tribunales. Y es que están convencidos de que existe falta de voluntad política. "Nos sentimos humillados", apunta Álamo, quien cree que se les está tratando más como a números que como a personas. "Somos la herencia prescindible", sentencia Campos.
