Amor y fidelidad a la entidad. Estos son los motivos que destacó el presidente del Real Club Victoria, Francisco Medina, a la hora de distinguir ayer a once de sus socios con la medalla de plata por sus 25 años vinculados a esta sociedad porteña. El reconocimiento se realizó durante uno de los actos más emotivos programados con motivo de la celebración del 106 aniversario del Club. En esta ocasión, como resaltó su presidente Francisco Medina no son tantos los distinguidos como en otros años, pero "para el próximo pasarán del centenar, dado que en 1992 hubo una gran avalancha provocada por unas promociones que se realizaron para tratar de involucrar más a los vecinos de la Isleta e incluso de otros puntos de la Ciudad". La Coral Cantata del Real Club Victoria-Ecca se encargó de amenizar la velada, en la que estuvieron presentes directivos y muchos socios.
Entre los distinguidos, se encontraban personas de diferentes edades y también conocidos, tanto en el barrio como en la ciudad y la Isla s Palmas de Gran Canaria. Entre ellos Carmelo Ortega Ramos, copropietario de los restaurantes Casa Carmelo y La Marinera. Ortega expuso que "es obligado hacerse socio de este club por todo lo que ofrece, la labor que realiza y más cuando uno lleva muchos años moviéndose por la zona". Uno de los homenajeados de más edad, José Moreno González, un agente de viajse jubilado, acudió acompañado de su hija. "Nací en la calle Juan de la Cosa y soy socio desde 1956, lo que pasa es que me fui a trabajar al sur y alguien me dio de baja", relataba Moreno. "Sigo siendo socio aunque ahora vivo en Luis Doreste Silva".
Carmelo Reyes, portuario jubilado que desde hace años está vinculado al club y también lo ha estado al Hespérides, acudió con su esposa y se mostraba muy satisfecho a la hora de recoger la insignia, el diploma enmarcado, el ramo de flores y otros presentes, que se le entregó como a todos los homenajeados. También se mostraba satisfecho Aniceto Rodríguez, tapicero jubilado que aún siendo de Escaleritas, se hizo socio del Victoria. "Lo hice por mi novia que era del Puerto y también por el balneario. Al final terminé por venirme a vivir aquí", resaltó Rodríguez.
Felipe Medina, que trabajó como conductor en Guaguas Municipales llegó al club porque "siempre venía por carnavales y en fin de año. Me hice socio después por la vela, hasta poco fui presidente de la Federación Insular de Barquillos. Cuando empecé habían dos y ahora hay ocho", señalaba Medina. Otras de las caras conocidas es el ingeniero Kishore Kessomal, que reconoció que llegó al club de mano de padre: "Desde pequeño nos hizo socio a mi y a mis hermanos. Luego entré en los equipos de ajedrez y ping-pong". Otro ingeniero naval, Miguel Ángel Sánchez, atribuía su llegada a la entidad porteña su "afición al fútbol y al optimist". Entre los más jóvenes estaban Miguel González, hijo de ex directivo, que "culpó" a su familia de su vinculación al club. "Sobre todo mi padre, que nació en la calle Ferreras, influyó bastante para que me hiciera socio", decía. Y Ángel Miguel Fernández, prejubilado de Transmediterránea, reconocía que su afición "por la naútica y el winsurfind" le llevaron al club".
El final del acto corrió a cargo de la Coral, muy aplaudida. El programa continúahoy con una exhibición del Grupo de Sevillanas. Mañana, a las 12.00 horas, tendrá lugar la ofrenda floral al fundador del club Pepe Gonçalves en el busto situado en la Plaza María Mérida, con salida desde la Escuela de Vela, situada en la Plaza de La Puntilla.
