La Provincia - Diario de Las Palmas

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Entrevista a Manuel Mora Lourido

"Ciudad Jardín debería tener una calle para Eugene O'Neill"

"La ciudad le debe un reconocimiento al escritor que finalizó aquí la obra con la que ganó el premio Nobel", declara el investigador

Manuel Mora. LA PROVINCIA / DLP

¿En qué fecha exacta estuvo en Las Palmas de Gran Canaria el dramaturgo estadounidense Eugene O'Neill?

Estuvo en 1931, justo antes de la Semana Santa de aquel año. Él llegó el 27 de febrero, pasó un mes aquí y se marchó el día 28 de marzo.

¿Qué le motivó a venir a la Isla?

Vino a propósito. Él estaba viviendo en Francia, donde tenía un castillo en el Loira. Allí había estado haciendo mal tiempo y tanto él como su esposa Carlota habían estado con la gripe cuando estaba terminando una de sus obras que ahora le comentaré. Así que necesitaba un descanso y recuperarse en un clima mejor que el que había en ese momento en el continente europeo y que además le permitiese acabar su obra. Entonces, desde Francia, su mujer y él vinieron a Gran Canaria donde pasaron un mes aquí en la capital, concretamente en el Hotel Atlantic. Pero no fueron unas vacaciones. Es decir, sí pudo disfrutar del tiempo y, de hecho, solía ir con frecuencia a la playa de Las Canteras porque era un gran aficionado a todo lo relacionado con la mar. Pero él estuvo trabajando en la obra que traducida al español se llama A Electra le sienta bien el luto, que es por la que principalmente le dieron, cinco años después, el premio Nobel. Esa obra la terminó aquí en Las Palmas, porque de aquí volvieron a Francia y en París mecanografiaron las últimas páginas que él había escrito, así como los retoques y de allí lo mandaron a Nueva York.

Además de finalizar Electra, ¿perfiló en la capital grancanaria alguna otra obra?

Él estaba completamente centrado en Electra. Llevaba bastante tiempo con ella y le faltaba rematarla y aquí lo consiguió por el clima y porque logró recuperarse de aquella gripe que tenía. Lo único es que con el contacto con el mar y el puerto sí que le llegó a plantear a su esposa que quería escribir alguna obra más relacionada directamente con el mar como, así fue en el futuro. De todas formas, A Electra le sienta bien el luto sí tiene una parte que se desarrolla a bordo de un clíper y precisamente sobre esa parte estuvo trabajando O'Neill en Las Palmas.

¿Tuvo repercusión el paso de O'Neill en la ciudad?

No mucha. Realmente pasó de forma desapercibida, aunque en LA PROVINCIA/ DLP sí hace referencia a su estancia el 12 de marzo en una breve nota que yo rescaté y que publiqué en el pasado. La nota se encontraba en la sección de Crónicas de la Sociedad del periódico y en ella se decía que se encontraba en el Hotel Atlántico el ilustre novelista, que aquí se confundió porque era dramaturgo, el señor X O'Neill. Al apellido le faltaba una L y lo de la X sería porque no sabían el nombre. También decía que le acompañaba su secretario, el ilustre señor Taylor, pero no hay constancia de que este estuviera. Sí estaba acompañado de su esposa Carlotta. Pero más allá de eso no tuvo mayor trascendencia, entre otras cosas, porque él no hizo vida social. Tenía un carácter reservado y era poco amigo de la vida social, así que se pasó el mes en el hotel trabajando y cuando salía iba a la playa, e hizo alguna excursión por la Isla.

¿Se sabe qué sitios visitó?

Yo investigué en los diarios de Carlotta, que están en la universidad estadounidense de Jain, y por las referencias que hay en ellos hicieron dos excursiones fuera de la capital. Entiendo que estuvieron en Arucas, porque Carlotta pone en su diario "Arcuta" y es lo más parecido y además está cerca. Y luego escribe sobre una villa de pescadores que podría ser Agaete. Pero estas son suposiciones, aunque lo que sí se sabe es que hicieron dos excursiones. Si bien la mayor parte del tiempo estaban en la playa de Las Canteras, y también hicieron alguna que otra visita al banco o la consignataria. También fueron a Triana donde compraron algunos utensilios y también libros.

Hay en una fotografía que se publicó en el libro Una luna para un bastardo en la que se le ve junto a su mujer en las Canteras. ¿Hay más que recojan su estancia en la capital?

Además de la foto a la que se refiere usted, hay otra muy conocida en la que se le ve a él en la terraza del Hotel Atlantic.

En el marco del 25 aniversario de la Asociación de Vecinos Defensa de Ciudad Jardín usted va a dar una conferencia en la que hablará sobre el dramaturgo. ¿Va a revelar algún dato que no se sepa hasta la fecha?

Bueno, como dice, esta información no es nueva, porque que O'Neill estuvo aquí se sabe desde estuvo porque LA PROVINCIA/ DLP así lo recogió. Varias personas destacadas de la ciudad lo han comentado o se ha escrito sobre él y yo precisamente tuve conocimiento de su paso por la ciudad leyendo noticias locales, pero puede que no se le haya dado la relevancia que merece un dramaturgo como él que, por un lado, es un premio Nobel, y que por otro, no solo vino de paso sino que estuvo trabajando un mes aquí en la obra por la que precisamente le dieron dicho galardón. Así que su estancia sí es conocida, pero no lo suficientemente reconocida. De hecho, ayer la asociación de vecinos de Ciudad Jardín puso una placa conmemorativa en el colegio Pérez Parrilla donde antes estaba el hotel, pero hasta ahora no se había hecho nada similar.

¿No se le puso también una placa en el Hotel Atlantic? Así lo recogía este periódico el 26 de marzo de 1972.

No tengo conocimiento de eso. A lo mejor sí. Pero en la actualidad no existía tal reconocimiento y el centro ya hace cinco años, que fue cuando yo hice toda esta investigación, acordó que se colocara esa placa. Esto es interesante, pero creo que sería importante que la ciudad reconociera a O'Neill.

¿Qué cosas se podrían hacer, desde su punto de vista?

Ciudad Jardín es un barrio que tiene varias calles con nombres de artistas y escritores ilustres que no han tenido una vinculación directa o cercana con la ciudad. Por eso creo, sinceramente, que quizá se le podría poner el nombre de Eugene O'Neill a la actual calle Doctor García Castrillo, en la que él estuvo durante su estancia en Las Palmas de Gran Canaria. Además, cerca del hotel Atlántico, que inicialmente se llamaba Atlantic, hay una pequeña plazoleta en la que se le podría poner un busto que también se podría colocar en la playa de Las Canteras porque él la frecuentó mucho y, además, allí hay estatuas de distintas personalidades. También puede haber festivales de música y teatro en los que se puede hacer un premio de forma periódica con su nombre para que O'Neill perviva también en la actividad a la que se dedicó. Creo que puede haber una buena disposición por parte de la ciudad para hacer estos reconocimientos, ya que me parece que es una deuda que se tiene con él.

¿Han presentado de manera formal estas propuestas al Ayuntamiento capitalino?

Esto se ha planteado, yo hoy [por ayer] lo comentaré a título particular y creo que instituciones sociales o asociaciones la pueden ir trasladándolo. Y si no el Ayuntamiento creo que puede tener personas sensibles que de motu proprio pueden tomar esta iniciativa que creo que tendría buena acogida por toda la ciudadanía.

Por la ciudad han pasado más escritores, como Agatha Christie y tampoco es algo que se recuerde frecuentemente. ¿No se debería hacer algo?

En Tenerife, en el Puerto de la Cruz, se viene haciendo desde hace varios años un homenaje a Agatha Christie. Hacer este tipo de cosas es importante, simplemente, porque las personas que han estado vinculadas a nuestra ciudad, no solo de paso, deberían ser recordadas. Algo se hizo en el pasado, pero sería importante hacerlo de forma permanente, para que las nuevas generaciones mantengan vivo en la memoria que estuvieron aquí.

Y usted, ¿por qué investigó este tema?

Simplemente fue la curiosidad. De joven tuve conocimiento de que O' Neill había estado aquí. Y siempre me llamó la atención que un dramaturgo de Estados Unidos hubiese estado y trabajado en Las Palmas y, aunque sí había habido referencias, nunca había habido un estudio más a fondo. Así que simplemente por curiosidad intelectual y por la atracción que tenía para mí la figura de O' Neill, que era una persona bastante atormentada que en sus dramas volcaba parte de sus vivencias, me decidí a estudiarlo.

¿Llegó a irse para ello a EE.UU.?

Bueno, yo soy miembro de la Fundación Eugene O'Neill y estuve en contacto con la secretaria, que a su vez me puso en contacto con otras personas que me facilitaron información y pude contrastar. Yo también les pasé lo que había estudiado y di una conferencia en la Sociedad Económica Amigos del País. En aquel momento la obra de Eugene O'Neill estaba muy estudiada, sobre todo en EEUU. Yo aquí estuve haciendo el seguimiento, miré en la hemeroteca de la biblioteca, estuve viendo los itinerarios de los barcos en los que llegó y se fue y después de recopilar esa información la situé en el contexto de su vida.

En ese estudio, ¿descubrió algo que le sorprendiese verdaderamente?

Descubrí muchas cosas que no conocía porque sobre él tenía una idea un poco general. Aquí entré en detalles, no solo en los aspectos de su paso por Las Palmas, si no también en su obra. Vi grabaciones, asistí a obras de teatros, la última, por ejemplo, se representó aquí hace un año y es una obra póstuma. Es decir, me he preocupado por saber. Aunque esto es un proceso y lo ideal sería que cuantas más personas pudieran investigar, mejor. Lo que yo he hecho ha sido una aportación, pero espero que investigadores puedan recabar más información.

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