Acudir a la vía judicial es lo único que les queda a tres afectados por la suspensión del proceso selectivo de empleo que el Instituto Municipal de Deportes (IMD) inició el pasado mes de junio. Uno de los damnificados es José Antonio González Rodríguez, más conocido como Palillo durante su etapa como jugador de fútbol sala. "Si no obtenemos respuesta por parte del Ayuntamiento tendremos que denunciar", cuenta. Su situación personal es crítica, el lanzamiento de su desahucio se tendría que haber producido el pasado martes, 4 de abril, pero, por el momento, el juez ha alargado el proceso unas semanas.

Todo comenzó en junio del año pasado. El IMD inició un proceso selectivo mediante el Servicio Canario de Empleo. Se llamó a 30 parados que cumplían los requisitos y fueron entrevistados. En total, se tendrían que haber cubierto ocho plazas de Auxiliar de Canchas. Sería en el mes de septiembre cuando Intervención consideró suspender el proceso por no contar con todos los requisitos pertinentes.

Por su parte, Aridany Romero, concejal de Deportes, afirma que "los puestos se van a cubrir en breve según el procedimiento que marca la Intervención". Por otro lado, reconoce que el IMD necesita con urgencia contratar personal, "es una necesidad, el anterior grupo de gobierno amortizó el 50% de la plantilla del Instituto, hay auxiliares que hoy están atendiendo varias instalaciones al mismo tiempo", reconoce el edil socialista.

La falta de personal en la concejalía les hizo abrir un proceso de selección con mucha premura. Esto provocó una serie de errores por los que la Intervención paralizó el proceso, perjudicando, de esta manera, a los futuros trabajadores. "Lo que no puedo hacer es saltarme la legalidad", señala Romero.

Palillo, padre de familia, lleva en situación de desempleo desde el año 2009. Un largo periodo en el que solo ha trabajado de forma esporádica en alguna ocasión. A cargo de hijos y nietos, se encuentra en una situación desesperada. La ilusión de obtener un empleo gracias a la oferta del IMD se ha desvanecido. "En septiembre le conté a mi casero que me contratarían para este puesto y que esperara para poder pagar el alquiler; como vio que no pagué, en noviembre me denunció", explica.