Una leyenda de origen irlandés cuenta que al final de un arcoíris se puede encontrar una olla llena de monedas de oro, custodiada por un duende, el Leprechaun.

El agua caída en la tarde de este lunes, 8 de mayo, ha regalado, durante un instante, una estampa para el recuerdo. La combinación de lluvia y sol generó un arcoíris perfecto que embelleció el cielo de Las Palmas de Gran Canaria.