Un grupo de personas sin techo ha construido en los últimos meses un pequeño asentamiento irregular, con cartones y plásticos, junto al cuartel de la Guardia Civil, en la Vega de San José. En total, son unas cuatro personas las que moran actualmente en este lugar: una pareja y otros dos chicos, uno de ellos de nacionalidad rumana. De ellos, la chica es quien más tiempo lleva pernoctando en la zona. "Unos seis o siete meses", cuenta la mujer.

Bicicletas, algunos libros, un coche de juguete con linterna, algo de ropa y otros enseres se cuentan entre sus escasas pertenencias. Las pequeñas casetas, que apenas se levantan unos palmos desde el suelo, sirven básicamente para dormir y tumbarse en su interior. Incluso algunos de los que aquí pasan su tiempo disponen simplemente de un colchón, a la intemperie.

Pero nada de esto se puede apreciar ni siquiera desde la Avenida Marítima que está a escasos metros de las chabolas. Lo modesto del lugar hace que pase prácticamente inadvertido por muchos de los que pasan por la zona y tan solo el que camine por la calle Alicante puede ver el amasijo que se sitúa prácticamente al pie de la acera.

Pedro es uno de los hombres que vive en estas casetas. "Llevo un mes aquí, antes vivía en otra calle, pero un día le pegaron fuego a mi caseta, lo perdí todo", comenta. "La calle es muy dura, es mejor dormir con otra gente, porque así entre todos podemos defendernos, hay mucho chiquillaje al que le gusta molestar", asegura.

Además, los cuatro dedican su día a día a limpiar coches o aparcarlos, en parte, gracias a que el asentamiento está al lado de los solares que utilizan empleados y visitas del Complejo Hospitalario Insular Materno Infantil para estacionar sus vehículos. Por lo general, las mayores quejas de los vecinos se centran en las pequeñas rencillas y discusiones que se crean cuando los numerosos sin techo que aquí se reúnen están aparcando coches.

Desde el Consistorio capitalino, Jacinto Ortega, concejal de Cohesión Social, destaca que "el Ayuntamiento tiene constancia de estas personas, los trabajadores sociales hacen su trabajo de calle y los atienden, pero no hacemos un trato diferenciado entre ellos y el resto de sin techo de la ciudad".