Antonio Quesada y Ana María Artiles salieron de la casa de una de sus hijas aquel 6 de marzo de 2012 para ir a comprar un audífono en Mesa y López. En su camino pararon en la churrería de la calle Castillejos. Después, nada más se supo del paradero de este matrimonio de Guanarteme hasta el pasado domingo, cuando un perro cazador halló sus restos semienterrados en un barranco de Agüimes. Este descubrimiento ha dado luz al caso y entre las pertenencias se encontraron los documentos que identificaron a ambos. Sin embargo, las carteras no tenían ni un euro, según indicaron fuentes cercanas a la investigación.

Este hecho podrían dirigir las pesquisas hacia un posible doble crimen con el objetivo de robarles todo el dinero que tuvieran encima, aunque nada certifica que la pareja de septuagenarios saliera de sus casas con monedas o billetes encima. Los investigadores centralizan sus pesquisas hacia un homicidio por cuestiones económicas ya que se descarta por completo cualquier móvil pasional. Y dan por hecho que la muerte de Ana María Artiles se produjo porque aquel día acompañaba a su marido, donde los agentes fijan como primera víctima en el doble homicidio, como precisaron las fuentes.

Con estos indicios, la Brigada de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía enfoca sus esfuerzo en recopilar todas las pruebas posibles con las que incriminar a uno de los sospechosos que ya había sido investigado antes de que se encontraran los cadáveres.

Pese a que el caso está latente tras el hallazgo de la pasada semana, ya el subdelegado del Gobierno de Canarias, Luis Molina, apostilló el pasado miércoles que no se espera una detención inminente en relación a la desaparición y el crimen del matrimonio de Guanarteme.

La Policía Nacional ya da por hecho que el autor enterró los cuerpos en una de las empinadas paredes del barranco de La Vaca después de acabar con sus vidas. Con el paso del tiempo, la erosión del terreno hizo que los restos óseos salieran a la luz y un perro cazador los descubriera.

Otro de los indicios que pueden apuntar a una muerte violenta son los golpes que presentan los cráneos en el primer análisis forense, aunque falta por determinar si estos fueron la causa de la muerte de Antonio y Ana María o si, en cambio, se produjeron durante el traslado de los cuerpos hasta la zona de difícil acceso en la que se encontraron los restos.

Archivar la desaparición

Los encargados de la investigación también se encuentran a la espera de los resultados del análisis del ADN de los huesos, que certificarán si pertenece al matrimonio de Guanarteme, que permitirá archivar la ficha de ambos como desaparecidos. En todo caso, la Policía ya informó el pasado martes a la hijas de que los cuerpos son los de sus progenitores dado que se encontraron numeras pertenencias como una cadena o una prótesis.