"Pocas veces algo con este dinero ha tenido tantos efectos beneficiosos como esto". El segundo teniente de alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Pedro Quevedo, no ocultaba su satisfacción ayer por la mañana mientras recorría el sistema de atraques que acaba de ser instalado en la zona de vela latina del Muelle Deportivo en compañía del presidente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, Luis Ibarra, el concejal de Ciudad de Mar, José Eduardo Ramírez, y el presidente de la Federación de Vela Latina Canaria, Bernardo Salom.

Las nuevas instalaciones, que se han ejecutado durante los últimos meses gracias a la colaboración entre las administraciones con intereses en el recinto (Ayuntamiento, Cabildo y Autoridad Portuaria) ya están listas para recibir a las embarcaciones tanto de la regata Mini Transat, que por primera vez hace escala en la isla camino de América, como de la ARC, que partirá desde aquí en noviembre rumbo a la isla de Santa Lucía, en las Antillas Menores.

Los trabajos, que han tenido una duración de seis meses, han consistido en la creación de una red de siete diques con cuatro ramales que sumados añaden al Muelle Deportivo 270,5 metros más de línea de atraque para pequeñas embarcaciones de recreo similares a las que suele haber en esta dársena y a las que comenzarán a recalar durante las próximas semanas como parte de las dos grandes aventuras transatlánticas que en este 2017 han hecho de Gran Canaria su punto de encuentro. "Estos 156 atraques nos van a dar en primer lugar cabida para los 84 regatistas que se han inscrito en la Mini Transat, pero también es importante el valor económico que estamos poniendo para la ciudad", aseguró el presidente de la Autoridad Portuaria, Luis Ibarra, durante la visita a las instalaciones.

Con estas palabras hacía referencia al hecho de que por primera vez coinciden en Las Palmas de Gran Canaria dos regatas transatlánticas durante el otoño, logro que a su juicio está íntimamente relacionado con "todas las actuaciones Puerto-Ciudad que se vienen realizando en los últimos años". Ibarra destacó que los miembros del comité seleccionador del recorrido de la regata "se han quedado impresionados de lo que estamos haciendo y de la visión que vamos a tener dentro de dos años, cuando terminemos las actuaciones inicialmente previstas".

Las nuevas instalaciones de la dársena de embarcaciones menores no solo se han construido pensando en la llegada de regatistas internacionales para la Mini Transat. "Estamos hablando de 84 participantes, pero tenemos aquí un pantalán que admite más de 150 embarcaciones", subrayó ayer Quevedo durante la visita a las instalaciones. El concejal recordó que la ampliación "también ya nos ayudará con la regata ARC, con la que ya teníamos un problema de colmatación importante". Esas situaciones a las que hizo referencia el edil se suelen repetir en la playa de Las Alcaravaneras, donde como Ibarra indicó ayer "tenemos que sacar embarcaciones en esta época que están con nosotros todo el año".

Más allá de esta primera ampliación, Ibarra también avanzó los planes de la Autoridad Portuaria con respecto al Muelle Deportivo. "Tenemos ese gran proyecto de aumentarlo dentro de dos años", recordó. El órgano de gobierno del Puerto espera que la ampliación del dique Reina Sofía en 300 metros, cuya ejecución está prevista para 2018, cree una zona de abrigo en torno a la dársena de embarcaciones menores. Una vez concluida se podrá comenzar a planear un ensanche que prácticamente duplicará el número de atraques de la mayor infraestructura de este tipo que hay en la isla.

El pantalán está emplazado en la zona sur del muelle de vela latina, deporte por el cual Quevedo mostró su preocupación de cara al futuro. "Es un asunto que tenemos que resolver, no es posible que tengamos una modalidad exclusiva de esta ciudad y permitamos que se siga dejando; hemos perdido entre otros al pionero, al Porteño", lamentó el también edil de Turismo, para quien el desarrollo de las nuevas instalaciones permite "echar un cabo por la vía indirecta" a la federación deportiva al cargo de las competiciones. "Por un lado podemos utilizar las magníficas instalaciones que tiene la vela y que nos permiten organizar la logística de la regata", explicó. "Ahora [el pantalán] va a servir para la utilización por gente que viene a otras cosas pero que al final acaba conociendo la vela, de forma que hay una potenciación mutua" que permite cumplir con "un objetivo que va más allá del inicial, algo que no pasa todos los días", insistió.

Quevedo también hizo hincapié en la vinculación que gracias a la Mini Transat se ha creado con la localidad francesa de La Rochelle, "un puerto con el que insólitamente no hemos tenido relación nunca, pero que está vinculado a la vela deportiva de una forma muy importante y con un gran desarrollo tecnológico". Desde esta localidad situada en el departamento del Charente Marítimo partirán el próximo día 1 de octubre los participantes en la competición y en sus aguas es donde el pasado domingo se celebró la etapa prólogo, en la que participaron 81 de las 84 embarcaciones inscritas.

Durante esta semana los participantes se encuentran preparando los últimos detalles antes de zarpar rumbo a Gran Canaria y Le Marin, en Martinica: verificaciones de seguridad, abastecimientos de combustible, puestas a punto... todo para que los regatistas puedan afrontar con seguridad las más de 4.000 millas náuticas con las que cuenta la travesía.