Con una hora de retraso arrancó ayer el pregón del Día de La Isleta en la plaza Eduardo Suárez, junto a la explanada de La Puntilla. Estas jornadas lúdicas intentan conmemorar el aniversario del comienzo de las obras del Puerto de La Luz en febrero de 1883, motivo por el que se instauró la fiesta hace ahora diez años. Se trata de una forma de realzar el sentir isletero de muchos de los vecinos de esta zona de la capital grancanaria. Precisamente, el encargado de pronunciar el discurso en esta edición, Rafael Robaina, rector de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, destacó la importancia de la "marca La Isleta", porque criarse en esta parte de la ciudad es algo especial. "Somos así, ser de aquí nos enorgullece y lo pregonamos allá a donde vamos", realzó Robaina durante su discurso.

El pregón se convirtió en el particular debut en el mundo de los discursos festivos para el rector, pues al no ser creyente no le gusta vincularse a fiestas religiosas. Sus palabras estuvieron cargadas de de nostalgia. El público mostró su complicidad cuando recordó aquellas riñas que le lanzaba su madre o sus familiares. "Si te pasaba algo en La Carretera tu madre se enteraba enseguida y te mandaba a la Casa de Socorro, pero como luego no era nada te llevabas una tunda", apuntó.

Robaina destacó el carácter de "interculturalidad" del barrio portuario por excelencia. Una zona que nació a finales del siglo XIX gracias al éxodo de habitantes del interior grancanario y desde otras islas del Archipiélago. No obstante, la creación del puerto de La Luz provocó una revolución económica. Sin olvidar, claro está la mezcla de nacionalidades que se han dado cita en estas calles. "¿Quién no ha tenido un amigo indio?", preguntó al público. "Hemos visto pasear por aquí a soviéticos, los rusos, e incluso coreanos, todos han sido bienvenidos y hemos visto cosas que en el resto de la Isla o de la ciudad eran cosa extraña", matizó.

"Interculturalidad hasta en la zoología", señaló en broma, al recordar la supuesta entrada de la cucaracha rubia en el Archipiélago por medio del Puerto de La Luz. En este particular recorrido histórico recordó la represión de la dictadura en el barrio, que cambió para siempre la plaza del Pueblo. Por último, tuvo palabras para las luchas de los portuarios y, en especial, en memoria de Belén María. "Hemos sido siempre una gente solidaria y comprometida", apuntó.

Tras rememorar aquellos carnavales clandestinos de los años setenta se centró en los aspectos naturales que guarda el paisaje volcánico de La Isleta. Entre otros puntos, realzó el paraje de El Confital, un sitio que visita a menudo en bicicleta. Además, se mostró partidario del cambio que ha dado desde que no existen las casetas, porque ahora el lugar es "de todos".

Robaina destacó el valor de la flora endémica y los recursos científicos de esta península volcánica. El rector apuntó que hace unos meses inició junto a otras personalidades una plataforma para recuperar los terrenos de La Isleta para la ciudadanía y poder poner en valor sus recursos.

Destacó también la necesidad de "poner en valor la educación, porque es la manera de salir adelante". Para continuar hablando de las labor de divulgación que está haciendo la ULPGC en el barrio. Terminó con unas palabras en memoria de sus padres, Sarito y Feluco, y de toda la gente de la calle Guayre donde nació.

Tras unos sonoros aplausos, la asociación del Foro de La Isleta pasó a homenajear a cinco personas que han dado su granito de arena por el barrio. No sin antes manifestarle a las autoridades la necesidad de cambiar el nombre de la calle Juan Rejón por el de La Carretera.

Manolo Vieira fue el primero de los que recogió el diploma. "Me han reconocido como de La Isleta hasta en Miami", apuntó el humorista, quien se apuntó incluso a contar un pequeño chiste. Después, se subió al escenario Pedro Valido, colaborador del comedor social de la parroquia de San Pedro.

El "mítico luchador del deporte canario", Pacuco Rosales, se subió también al escenario para recoger su diploma. El ex entrenador de la UD Las Palmas se emocionó al pronunciar unas palabras para evocar al barrio. Por último, dieron paso a los hermanos Antonio Leandro y Ginés Hernández, quienes fundaron el Centro de Formación Profesional El Palmar hace varios años para dar un futuro a muchos chicos de La Isleta.

Tras el acto, realizaron un reconocimiento a los alumnos del IES Tony Gallardo, quienes realizaron la obra de Pepe Dámaso La Isleta es como un árbol en acero. Junto al escenario se instaló una pequeña exposición de fotografías antiguas del puerto de La Luz y de su entorno, además de diversos recortes de prensa.

El día en Las Canteras invitaba al disfrute. Aunque el acto comenzó con una hora de retraso fueron varios los isleteros que no dudaron en esperar para pasar allí el sábado. El sol picaba y el mar se mostraba cristalino, tanto que algunos turistas nórdicos no dudaron en darse un chapuzón, o al menos meter los pies a remojo.

Casi a las dos de la tarde comenzó una parrillada de sardinas y caballas al gofio. Durante la tarde continuaron los actos festivos con la participación de rondallas como Buchito de Café y Nuevos Vecinos Unidos. La jornada la cerraron los grupos Los Sancochos y el Tío Matt, de la Fábrica de La Isleta. Cabe resaltar que todo son agrupaciones musicales del barrio.

Los actos previstos para hoy domingo han sido suspendidos en vista de las previsiones meteorológicas que han puesto en alerta máxima a Gran Canaria. No obstante, la programación para el lunes sigue en pie. Se celebrarán varias actividades en el centro cultural Pepe Dámaso. La presentación del documental Anclados cerrará el programa de fiestas.